Por Stakeholders

Lectura de:

POR LORENA LASTAGARAY – Periodista especializada en ONG, RSE y Neurociencias

Todo lo atinente a la neurociencia causa impacto y suena futurista, pero posee un alto potencial y podría hacer de soporte a los líderes cuyo horizonte es mejorar sus organizaciones incrementando la productividad, promocionando el liderazgo y orientando la efectiva toma de decisiones. Sin embargo, los resultados en la aplicación con base en hallazgos de alguna rama de la neurociencia en la Gerencia y en su toma de decisiones hacia la Responsabilidad Social (RS) dependerá de la solidez de los métodos aplicados.

Desde las Neurociencias y la Física Cuántica, se ha determinado que los seres humanos somos 96 % energía y solo un 4 % de materia, con lo cual debemos manejar continuamente nuestro pensamiento ya que este es electricidad y según lo que pensamos generamos emociones, y estas producen magnetismo. En base al descubrimiento podemos decir que lo que pensamos, nos promueve emociones y estas atraen aquello en lo que hemos ocupado en nuestro cerebro mediante el pensamiento.

Dicho esto, es más sencillo a la hora de transformar una empresa guiándola por el camino de la Responsabilidad Social, modificar los pensamientos de los gerentes, CEO y/o directivos para que comprendan los conceptos y se avance en el tema, logrando así el éxito para la compañía.

La prueba la tenemos, por ejemplo, cuando miramos una película de terror y la trama nos asusta y nos sobresalta. Nuestro cerebro piensa que es real y que lo estamos vivenciando. Lo mismo sucede con aquello que pensamos. El cerebro no distingue lo negativo ni el factor tiempo, con lo cual cree que es lo que sucede y lo toma como real.

¡Si lo crees, lo creas!

Un poco de historia que nos hace comprender mejor

La Responsabilidad Social y las Neurociencias, dos cuestiones filosóficas: Entender que podemos mejorar nos ayuda a tener una sociedad mejor. Los empresarios que decidieron tomar el camino de la Responsabilidad Social siempre mejoraron sus empresas y con esto el lugar donde se desarrollan y a las personas que lo habitan.

¿Por qué vincular la RS con la filosofía? Tal vez desde tiempos remotos y en toda la historia de la humanidad, la búsqueda de la felicidad ha sido un punto clave para el ser humano.Más próximos o más alejados del concepto aristotélico, el hombre se esforzó por buscar un camino que lo lleve a ser feliz, siempre.

Es bueno haber pasado por diferentes períodos históricos donde de una otra forma se instaló en la sociedad que ser feliz es algo que debe lograrse en algún momento de la vida. Pero qué es la felicidad y cómo se consigue, ha tenido y tendrá, diferentes concepciones.

Seguramente es la visión de Aristóteles la que más se acomoda a la primera etapa de asistencialismo que se dio en el movimiento de la Responsabilidad Social, donde se concibe la idea de que el hombre puede ser feliz si hace el bien a los demás. 

En los comienzos de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), cuando había una matriz asistencialista y aún hoy cuando se habla de solidaridad en general, caemos en el concepto aristotélico: «Para Aristóteles, la felicidad consistía en hacer el bien y desde su óptica al ser humano le corresponde ser justo, como a un perro ladrar o a una planta echar raíces; es decir, está en su esencia, y su felicidad dependerá de qué tanto se acerque a dicha naturaleza con sus acciones».

Entender este camino, determina muchas acciones del ser humano. Todos buscamos la felicidad y si la encontramos en hacer el bien al otro, se forma un círculo virtuoso que mejora la sociedad sustancialmente.

¿Por qué vincular las Neurociencias con la filosofía?

El cerebro humano es el único órgano que se estudia a si mismo y eso lo hace más complejo y más misterioso.

Lo que se ha logrado determinar, entre otras cosas, es que el cerebro trabaja en conjunto y no por separado como se creía antes respecto de los lóbulos y hemisferios, y que lo más importante es saber que las conexiones neuronales se crean, aumentan y  ramifican según el estilo de vida que llevemos. Dicho esto, el hombre y su búsqueda de bienestar ha encontrado en la filosofía, a veces sin saberlo, una forma de reinventarse y evolucionar.

Si bien desde las Neurociencias encontramos que nuestro cerebro evoluciona porque el entorno se complejiza cada vez más, sabemos que la historia nos ayuda a encontrar ese bienestar tan preciado simplemente con observar, por ejemplo, a los estoicos entendiendo como bienestar alejarnos del stress y ser felices.

Zenón de Citio fue quizás quien nos dio las bases para comprender esta realidad que nos empuja cada vez mas fuerte a obrar bien en nuestra vida, para poder vivirla plenamente y en paz (todo conocimiento viene a través de los sentidos).

Las herramientas que nos dieron los estoicos como Zenón o Marco Aurelio están ligadas a nuestro bienestar y son 5:

Dicotomía del control: Cuando entendemos que nada podemos controlar, solo aquello que depende de nosotros. Por ejemplo, manejar nuestros sentimientos ante una adversidad.

El tiempo presente: Recordar que moriremos y recordar que hay que vivir. Vivir el ahora nos quita angustia y ansiedad.

Anotaciones diarias: Con tres preguntas (diario de Seneca) como ¿qué hice bien hoy?, ¿qué hice mal? y ¿cómo puedo mejorarlo?

Tratamiento de la ira: La emoción sube inteligencia baja. El enojo libera radicales libres, el cerebro se deteriora y en cuerpo envejece. No se pueden tomar decisiones porque el criterio se sesga y se nubla el entendimiento.

La meditación: Tal como la conocemos o en sus distintas formas. La parte creativa y emocional del cerebro se libera con la meditación anulando la más racional y de esta forma logramos crear otra realidad que luego se plasma materialmente. No solo la meditación oriental lo logra, también rezar, observar el mar, el fuego o abstraerse con una actividad que nos apasione, hace que el tiempo se detenga, que no tengamos conciencia de él. Se logra la calma y el cerebro se oxigena y piensa mejor.

Hay mucho para aprender y cada punto anterior tiene infinitas aplicaciones para la vida diaria.

Cuando la forma de hacer negocios de los empresarios se basa en esto, los resultados son beneficiosos para todos. Por eso es tan importante conocer el vínculo de la RSE con las neurociencias y la filosofía porque como decía Marco Aurelio :

“Lo que no es bueno para la colmena, no puede ser bueno para la abeja”.

“Que el simple hecho de que puedas dejar de existir ya mismo, determine lo que piensas, lo que dices y lo que haces”.







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