Por Stakeholders

Lectura de:

POR BALTAZAR CARAVEDO MOLINARI – Profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú

Los flujos de energía social se dan a través de los vínculos sociales entre los componentes de los sistemas sociales (individuos y organizaciones). Se manifiestan en conversaciones, comunicaciones radiales, televisivas, telefónicas, celulares, internet, actos y acciones, relaciones laborales, condiciones vivienda, servicios de transporte, productos y servicios, etc. Todos los vínculos que emanan de los individuos y de las organizaciones generan procesos de transmisión y recepción de mensajes que estimulan los afectos y los comportamientos que se plasman como flujos de energía social que pueden ser de cohesión y/o de repulsión. Cuando provocan cohesión fortalecen la continuidad transformativo-adaptativa del sistema (las ciudades, las regiones las provincias y los distritos); cuando provocan repulsión debilitan el sistema al punto de llevarlos a una dinámica de colapso.

Cuando un sistema incrementa su población y contiene múltiples vías de conexión en distintos planos, dimensiones y componentes o nodos habrá una mayor densidad de energía. Cuando el flujo de energía social dominante en un momento es de cohesión habrá un balance que denominaré “positivo”. Cuando en otro momento el flujo de energía dominante es de repulsión habrá un balance que denominaré “negativo”. La aproximación metodológica empleada es exploratoria e ilustrativa. Presenta el desafío de convalidar un equivalente general que permita la estimación integrada de lógicas y conceptos que emergen de planos y dimensiones distintos utilizando lo que tienen en común, que es el flujo de energía o densidad de energía, y formular una manera práctica de hacer las conversiones de métricas diferentes a una métrica integrada.

Para efectos de lo que estoy llamando energía social, el número de individuos o componentes del sistema, y la frecuencia de sus interacciones es fundamental. Por ello la variación poblacional es relevante. Puede crecer o disminuir según la modificación en el tamaño de su población, su capacidad biológicamente reproductiva, y el estado de salud de esta. El nivel educativo y de conocimiento de la población puede hacer factible compartir o no un propósito común si existen formas de comunicación y conectividad entre grupos poblacionales que se han distribuido en distintos lugares o territorios. En este caso, el contenido o sentido de los mensajes puede reforzar o debilitar afectos, valores y diversos patrones de comportamiento (sociales, religiosos, productivos, éticos, políticos, democráticos, empresariales, ambientales). La manera cómo se articulan estos diversos aspectos configuran los sistemas y subsistemas que se despliegan. La variación en la densidad de energía puede dar cuenta de los problemas que tiene para su transformación y adaptación, o de su inevitable colapso.

El argumento que se puede desprender del análisis inicial de los aspectos trabajados es que el proceso mismo de configuración del sistema social peruano sugiere que se manifiesta un balance de la energía social que oscila ambivalentemente entre la cohesión y la repulsión. El crecimiento del PBI, el incremento del comercio y de los ingresos salariales no ha sido un factor que ha favorecido la integración y la cohesión social entre las distintas regiones de la sociedad peruana. Los efectos del mejoramiento en las condiciones de vida, vinculados a la urbanización; la tendencia a la homogeneización del idioma, la extensión de la educación; las prácticas de corrupción que invadían todas las esferas y dimensiones juntamente con el acceso al aluvión de imágenes, mensajes y comportamientos que los medios de comunicación hicieron posible; favoreció la configuración y expansión de una mayor consciencia respecto de la desigualdad social, del comportamiento incongruente en el manejo político, y de la contradicción entre práctica y ética.

Todo ello acentuó la reconfiguración de los paradigmas desplegados en la dinámica mental y subjetiva, en el plano inconsciente, de la población peruana que vive la tensión de la energía social invisible que se despliega entre los sistemas tradicional, moderno y tecnológico. La sociedad ha reformulado la vinculación entre múltiples paradigmas con dinámicas básicamente lineales. Pareciera haber una complejidad estructural sistémica que necesita ser percibida.







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