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Por: Sandra Salcedo Arnaiz, coordinadora de proyectos gremiales de la Asociación de Bancos del Perú.
A mediados de septiembre, en Nueva York, tuvo lugar la Cumbre sobre la Transformación de la Educación convocada por las Naciones Unidas. La Cumbre ofrece una oportunidad única para elevar la educación a la cima de la agenda política mundial, hablar con claridad de la incuantificable crisis que atraviesa la educación, identificar los retos que enfrenta a nivel global y delinear los caminos que un mundo en movimiento acelerado y constante, exige.
Dos pilares están a la base de una nueva educación para este siglo: un aprendizaje permanente o a lo largo de la vida, en el que las personas encuentren formas para volver a participar en los sistemas educativos varias veces a lo largo de sus vidas y, un aprender a hacer, enfocado en el desarrollo de un conjunto completamente nuevo de habilidades, incluida la alfabetización digital, las habilidades técnicas y, por supuesto, las habilidades financieras.
Es así que, por primera vez, la educación financiera se considera de manera explícita como una de las competencias clave que todo niño, niña o joven debe tener para hacer frente a los retos del mundo de hoy y poder tomar las mejores decisiones para el futuro.
Recientes estudios apuntan con mayor énfasis que nunca, a que la educación financiera funciona: no solo influye en el conocimiento sino también en la conducta; es efectiva en personas de edades diversas con especial intensidad en los más jóvenes; su impacto se ve en países de altos y bajos ingresos y es hasta 5 veces mayor que lo que se estimaba en estudios anteriores. Nada indica que el efecto de la educación financiera decaiga en el tiempo sino más bien que su efecto permanece.
Con datos de un estudio reciente hecho por Ipsos a solicitud de la Asociación de Bancos que indican que en el Perú un ciudadano promedio es capaz de responder correctamente solo 2.5 preguntas de 6 referidas a fórmulas básicas de gestión de sus finanzas y que 3 de cada 5 tienen problemas para calcular descuentos o intereses, es de resaltar que exista también un interés genuino de 3 de cada 4 personas por aprender a manejar mejor su economía personal y familiar.
Visto así, la inversión en programas de alta calidad en educación financiera, que garanticen el desarrollo personal, social y económico de los ciudadanos, resulta ser una inversión buena, segura y urgente de ser incorporada a todo esfuerzo que se haga en favor de la inclusión financiera.
Es en ese contexto que desde la Asociación de Bancos del Perú se viene implementando el programa “Educación Financiera en tu Colegio” con un primer piloto en las regiones de Cajamarca y Arequipa que este 2022 habrá logrado llegar a más de 1500 docentes y 60 mil estudiantes de educación secundaria. La expectativa es llegar al 2025 con el 100% de alumnos de primero a quinto de secundaria de Cajamarca, Arequipa y Lima formados en conocimientos, hábitos y valores vinculados a la educación financiera y el bienestar, con un modelo de intervención modular, escalable y replicable a todas las regiones del Perú.
Esta iniciativa en las escuelas así como el programa Finanzas Al Toque -que ofrece educación financiera para la vida adulta- ha permitido convocar a los más diversos actores del sistema financiero y educativo a orientar esfuerzos para trabajar juntos, en una muestra ejemplar de unión y consistencia frente a los retos que tenemos, que nos llena de optimismo, en el marco de la Semana de la Educación Financiera.
