Por Stakeholders

Lectura de:

Bernardo Kliksberg
Asesor de diversos organismos
internacionales

Se publicó un nuevo informe del Panel Intergubernamental de la ONU sobre el cambio climático (4/4/22), preparado por 278 expertos de 65 países, que plantea crudamente la difícil situación en que se encuentra el planeta, pero enfatiza especialmente cuáles podrían ser los caminos para enfrentarla.

La ventana de tiempo se está cerrando

Hay solo 10 años para evitar que se alcance el fatídico 1.5 de aumento de la temperatura de la tierra respecto a la preindustrial, y que estallen catástrofes climáticas en escala, haciendo muy difícil la vida en múltiples áreas del orbe. Es imprescindible reducir en un 43% antes del 2030 las emisiones de dióxido de carbono y detenerlas totalmente para el 2050. Si siguen las políticas actuales sólo bajaría muy poco en esta década.

Después de un descenso durante la pandemia por la caída de la economía, las emisiones de combustibles fósiles alcanzaron un récord en el 2021. El secretario general de la ONU ha sido terminante: “las economías ricas y las grandes corporaciones no solo hacen ojos ciegos a la situación, están arrojando más leña a las llamas. Están degradando el ambiente, basados en sus intereses estrechos y sus inversiones históricas en fósiles, cuando soluciones alternativas de energía limpia, cada vez más baratas, pueden proveer trabajos verdes, seguridad energética y estabilidad en los precios”.

Advierte The Economist: “hay que actuar y cada año con demoras hará más difícil que quedemos debajo del 1.5% al final de la década”. Dice el Imperial College of London que co dirigió el informe ONU: “si no hay avances las metas de evitar el 1.5% estarán cada vez más fuera de nuestro control”.

Desarrollos positivos

El gran movimiento mundial de opinión pública sobre la emergencia climática ha presionado fuertemente en favor de un cambio drástico de las políticas, y de las culturas corporativas. Ha aumentado sustancialmente la conciencia sobre la gravedad del problema y las movilizaciones públicas en favor de reformas de fondo.

Hay países que han diseñado políticas renovadoras, impedido nuevas plantas de carbón y apoyado activamente las energías alternativas. Empresas líderes, incididas por sus stakeholders, han empujado al centro de la misión empresarial la idea de sostenibilidad. Hay exigencias crecientes para que el discurso se exprese en programas concretos,

y rendiciones de cuentas. Diversas empresas se han fijado metas de huella ecológica cero, y se han adherido activamente a los esfuerzos por la sostenibilidad, pero falta mucho para que se convierta en práctica usual. 

Hay buenas noticias en progresos tecnológicos en energías limpias. Han sido muy rápidos. Desde el 2010, los precios de los paneles solares y las baterías de litio para autos eléctricos cayeron un 85%, y el de las turbinas de viento en más de un 55%. Las inversiones sin embargo deberían ser de 2 a 6 veces la actual.

El costo de no actuar será altísimo, en muertes, desplazados, y catástrofes. En USA en el 2021 fue de 145 billones de dólares.

Un menú para la acción

Cada vez hay más opciones. Entre ellas: basar la industria en energías limpias, usarlas al máximo en el transporte, generalizar el auto eléctrico, eficientizar el uso de energía, racionalizar la demanda, preservar los bosques y las selvas grandes absorbedores de carbono, eliminar el metano segundo gas invernadero. Estas y otras medidas son urgentes.

El informe ONU pide llamar a enfrentar también las campañas de desinformación.

El secretario Guterres pidió a los ciudadanos, en nombre de la ONU, que “demanden que las energías renovables sean introducidas ahora, y extendidas. Demanden el fin de los grupos de poder del carbón. Demanden se corten todos los subsidios para energías, y combustibles fósiles”.







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