Por Stakeholders

Lectura de:

JOSÉ RAVINES
Gerente General Invenio Consultoría


Personalmente admiro a los emprendedores sociales, sin embargo me urge recordarles que tienen que sobrevivir. Tienen que subsistir para lograr causar todo el bien que probablemente están destinados a crear. Su producto o servicio puede ser súper amigable para el planeta, pero negocio sin dinero, no es negocio.

Al igual que con el ADN humano, sus emprendimientos ya tienen los cromosomas sociales o ambientales, y eso nadie se los va a quitar, porque forma parte de su esencia misma; pero hay algo donde son tan “simples mortales” como una empresa clásica, en las Finanzas.

En éstas, no importa si son Non Profit o For Profit, los números no les van a perdonar el hecho de no ser sostenibles…en términos financieros. Se van a ir a tocar puertas, a buscar financiamientos, a organizaciones locales, internacionales, muy conocidas y que apoyan este tipo de emprendimientos, y nadie, pero absolutamente nadie va a olvidar el que no tengan orden financiero o administrativo. Nadie va a pasar por alto que el emprendedor no tenga claros sus números. Nadie va a “hacer curva” a la hora de evaluarlos en un due dilligence.

Personalmente me he sentado con actores de ambos lados. Por confidencialidad no mencionaré nombres, pero ambos parecen tener posturas antagonistas, hasta cierto punto irreconciliable, pero para mí no lo son. Un emprendedor social muy laureado me decía: “Si pues, yo soy bueno haciendo lo que hago, pero voy a un bootcamp de esta organización X, y simplemente no tengo la culpa de no saber finanzas. No puedo saberlo todo José”. Y razón no le falta.

Por otro lado, cuando me siento con alguna persona de dirección de los entes financiadores, me dicen: “José, el problema no es el dinero, dinero hay. Tenemos para darles. Lo que no tenemos es a quien darle”.

Conforme fui teniendo más reuniones me di cuenta que en realidad hay un cambio que ambos lados tienen que tener. Los financiadores deben darle más importancia al hecho de tener que “sembrar” y evangelizar en Finanzas, tal y como yo vengo, por ejemplo, haciendo hace casi 7 años en el sector Mipyme. Pueden tener la razón, los emprendedores deberían venir concientizados de la importancia de una buena administración y de unas finanzas optimizadas, o pueden tener resultados e ir sembrando cultura financiera. Yo haría lo segundo.

En contraste, los emprendedores tienen que hacer también un cambio de chip. La verdad es que crear el producto maravilloso que cambia el planeta no lo es todo, al menos aun así no lo entiende el mundo empresarial o de las finanzas, pues siguen habiendo creado una persona jurídica para tales fines. Tienen que entender que el inversionista, por más impacto que desee apoyar, necesita tener certeza elevada de la capacidad de repago del emprendimiento, de recuperar su dinero; pero si no hay números claros, si no hay ventas 100% formales, entonces, no se les puede culpar de ser inaccesibles, o de tener elevados requerimientos. No. Para nada.

El emprendedor social en ese sentido tiene que usar la misma responsabilidad con la que asumió la defensa del planeta y llevarlo al plano empresarial. Ahora está en una empresa y tiene que llevar sus números, su Administracion Financiera y sus Finanzas profesionalmente, porque de otra manera NO hay fondos concursables, ni grants, ni nada de nada.

Al final, la solución a este problema está más cerca en mi opinión de lo que parece, y pasa por empatía, que ambos lados comprendan la necesidad “en finanzas” que el otro lado tiene.

 







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