Medio ambiente - Biodiversidad

El reto de las Finanzas Verdes: Un compromiso firme para el Mercado Financiero Peruano

Por Stakeholders

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Miguel Ángel Zapatero, Gerente General Adjunto de Negocios de la Bolsa de Valores de Lima, señala que hasta ahora el mayor apetito de los inversionistas por deuda emitida de empresas con enfoque sostenible se ha visto reflejado en una tasa atractiva y una sobredemanda. Por su parte, desde el Programa de Inversión Responsable (PIR) vienen estimulando la participación de actores claves para fortalecer el ecosistema financiero y así promover mayores inversiones verdes y sostenibles en el país.

POR DAVID RODRÍGUEZ ANDARA
drodriguez@stakeholders.com.pe

Miguel Ángel Zapatero, Gerente General Adjunto de Negocios de la Bolsa de Valores de Lima

En el esfuerzo por promover las finanzas sostenibles en el Perú, incluyendo por supuesto las llamadas finanzas verdes, participan muchos actores. Esto se debe a que existe una interesante oportunidad para muchas empresas de empalmar sus operaciones y proyectos amigables con el financiamiento verde.

Así lo señala Miguel Ángel Zapatero, Gerente General Adjunto de Negocios de la Bolsa de Valores de Lima, quien sostiene que en este tipo de financiamiento se requiere adoptar compromisos firmes y transparentes en el proceso de captación de fondos. “Ello ocurre claramente en las emisiones de Bonos Verdes, donde se requiere una certificación o validación de la emisión”, agrega.

Al respecto, refiere que la Bolsa de Valores de Lima (BVL), junto con el apoyo de la Embajada Británica y México2, publicó una Guía de Bonos Verdes en 2018 con el propósito de promover la creación de un mercado de bonos verdes en el país. Dice también que otro paso importante es el que dieron los inversionistas institucionales al organizar en 2016 el Programa de Inversión Responsable (PIR), donde la BVL también participa, y que busca entre otros objetivos promover las inversiones sostenibles en el país.

“A la fecha se han emitido públicamente 2 bonos verdes, 1 bono social, 1 bono sustentable (o sostenible) por un monto total de S/ 530 millones. Ha habido emisiones privadas o internacionales también. Este año, con la pandemia y la reducción de las necesidades de inversión, no ha habido nuevas emisiones de bonos sostenibles, pero existen algunas empresas analizando el tema de cerca y estamos expectantes ante nuevas emisiones en el 2021”, señala.

En cuanto a la reacción del mercado frente a este tipo de instrumentos financieros, expresa que ha sido positiva, especialmente con los inversionistas institucionales. Explica que el mayor apetito de los inversionistas por deuda emitida de empresas con enfoque sostenible se ha visto reflejado en una tasa atractiva y una sobredemanda.

“El primer bono verde tuvo una demanda de casi cuatro veces su oferta (3.6x), el bono sostenible de casi dos veces (1.9x) y de igual manera una sobredemanda para los otros instrumentos. La tarea pendiente es acercar este tipo de emisiones al retail, es decir al inversionista de a pie, pero evidentemente se requiere primero una mayor frecuencia de emisiones”, afirma.

El factor “verde”

Zapatero resalta que existe evidencia en el mercado mundial de que los bonos verdes pueden ofrecer consistentemente un rendimiento superior ajustado al riesgo que ofrece un bono regular, y que esto puede atribuirse al factor “verde”. A su juicio, esta prima adicional se justifica como un factor de calidad adicional relacionado al compromiso del emisor con dichas emisiones verdes, que funciona a la vez como un buen indicador de sostenibilidad y gobernanza corporativa.

Por otro lado, considera que una mayor difusión y una consolidación del ecosistema ayudarán grandemente a que los bonos verdes tengan una mayor presencia no sólo en el Mercado Alternativo de Valores (MAV), sino también en otros segmentos. “Por ejemplo, ya en Perú se cuenta con una empresa certificadora de bonos verdes local, lo cual es muy importante en el proceso de maduración de este ecosistema”, subraya.

Asimismo destaca que los bonos verdes y sostenibles se unen a la herramienta de soluciones que los especialistas -asesores y agentes colocadores- pueden poner a disposición de las empresas que participan en el MAV, lo cual, desde su punto de vista, resulta beneficioso, pues a más variedad de opciones de financiamiento, mejores posibilidades de obtener mejores condiciones.

Una inversión más responsable

Para la Secretaría Técnica del Programa de Inversión Responsable (PIR), en los últimos años el sector financiero peruano se ha interesado por inversiones más sostenibles y, por ello, algunos actores del mercado empezaron a promover las variables ASG (ambiente, social y gobernanza).

Así el PIR surge desde el propio sector financiero para generar mayores conocimientos sobre las finanzas verdes y sostenibles en el país. Desde este programa consideran que Perú es una de los países en el que se ha ido incrementando el número de actores que empiezan a entender esta visión nueva de las finanzas e inversiones más responsables que apuntan a lo ambiental y lo social.

En este Programa aseguran que cada vez hay más empresas que buscan priorizar los impactos que puedan tener sus inversiones en la sociedad y el planeta, dejando de lado proyectos e industrias que están incumpliendo en sus esfuerzos por luchar contra el cambio climático.

Una buena respuesta a las emisiones

En el caso de Perú, desde el PIR aseguran que si bien se han generado bonos verdes y sostenibles de empresas privadas e instituciones como COFIDE, aún no se ha alcanzado el nivel de otros países de la región como Chile y México.

No obstante, son positivos con este tema y creen que el mismo mercado viene trayendo estos instrumentos, tomando en cuenta que a nivel global hay un apetito de diversos inversionistas que desean adquirirlos porque representan un nicho de inversión interesante para portafolios diversificados.

Por otro lado, aplauden que en Perú ha habido una respuesta muy buena en todas las emisiones y cada una ha superado a la otra, lo que significa que el mercado está aprendiendo a valorar estos instrumentos. No obstante, consideran que aún se debe consolidar un proceso interno de sensibilización con este tipo de inversiones verdes, tomando en cuenta que este es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo.

Al respecto, aseguran que el compromiso existe, y que, a raíz de la pandemia de COVID-19, es cuestión de tiempo para que se den más oportunidades de inversión incorporando las variables ambientales y sociales, así como la elaboración de la taxonomía necesaria para definir lo que es un bono verde como tal. Asimismo en el PIR estimulan la participación de actores claves para fortalecer el ecosistema financiero y así promover mayores inversiones verdes y sostenibles en el país.




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