Por Stakeholders

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Por: Ximena Massey
Consultora en Responde

En 1987, el Informe Brundtland de las Naciones Unidas “Nuestro Futuro Común” concluía que los patrones de consumo, si bien satisfacían las necesidades del presente, comprometían la supervivencia de las generaciones futuras. La economía fue ligada, entonces, a la responsabilidad de las empresas por incorporar en su funcionamiento criterios más allá de los financieros.

En este escenario, la sostenibilidad de las cadenas de suministros representa un componente clave de la responsabilidad corporativa, siendo esencial para un negocio exitoso y permeando el ciclo de vida del bien o servicio ofrecido (UN Global Compact & BSR: 2010).

Las cadenas de suministros en la actualidad

Ximena Massey

 

La gestión de las cadenas de suministros tiene el objetivo primario de satisfacer las demandas del consumidor o cliente a través del incremento de la eficiencia de las actividades y procesos.

Según el Harvard Business Review, el 90% de las relaciones entre proveedores y compañías aún es transaccional, es decir, basada en costos, sin tomar necesariamente en cuenta otro tipo de factores, como la sostenibilidad del bien o servicio provisto.

Cuando se habla de la sostenibilidad de las cadenas de suministros se hace referencia a la gestión y manejo adecuado de impactos ambientales, sociales y económicos, así como de las buenas prácticas de gobierno corporativo, a lo largo del ciclo de vida de los bienes y servicios (UN Global Compact& BSR: 2010). Las cadenas de suministros sostenibles responden, además, a los intereses propios, de la empresa líder, de los stakeholders y de la sociedad.

Principales retos para construir cadenas de suministros sostenibles

The Guardian, junto a la consultora global URS, estableció que uno de los principales problemas para construir cadenas de suministros sostenibles es el sesgo trimestral bajo el cual funcionan los directorios. Los “short termprofits” priman sobre las metas a largo plazo, lo que hace pensar que la sostenibilidad corporativa aún no es abordada como un riesgo para la continuidad de los negocios.

Si la sostenibilidad no es avalada por las altas esferas del negocio puede quedar rezagada en los planes estratégicos, no obtiene recursos ni fondos para las actividades alineadas con este fin. Por esto, debe convertirse en una estrategia y no puede ser separada del trabajo cotidiano ni de las complejidades globales de los negocios. Aún más cuando existen diversos temas intrínsecamente ligados al negocio que no son comprendidos como parte de la sostenibilidad, cuando sí lo son: reducción de costos, optimización de la productividad y crecimiento económico, entre otros.

De otro lado, en los últimos años se ha comprobado la vulnerabilidad de las cadenas de suministros a nivel global. Los riesgos que enfrentan los proveedores locales pueden tener un efecto dominó percibido incluso por los clientes (The Guardian: 2013). La globalización ha incrementado la visibilidad de los impactos y riesgos que ellos generan, desencadenando la concientización del consumidor y la demanda del consumo de bienes y/o servicios que aseguren prácticas sostenibles a lo largo de su vida útil. La mala praxis de un proveedor puede jugar en contra de toda la cadena de valor.

Pero hay empresas que están dispuestas a tomar este de-safío. En la Encuesta Anual de Implementación del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, los participantes indicaron que las prácticas de la cadena de suministro representan el principal reto en la búsqueda del mejoramiento de su performance en sostenibilidad (UN Global Compact & EY: 2016).

Las cadenas de suministros sostenibles y el Pacto Mundial

Actualmente, las empresas tienen la oportunidad de externalizar sus prácticas para que sean cumplidas por sus proveedores y contratistas. Industry Week señala que el inicio de la sostenibilidad en la cadena de suministro parte de la eliminación de los malos elementos. Aquellos que permanecen deben cumplir con los requerimientos o estándares de la empresa líder.

Partiendo de los 10 Principios del Pacto Mundial, las Naciones Unidades invita a las empresas a realizar una gestión concienzuda de su cadena de suministro en torno a dichos principios. Para aquellas empresas adscritas al Pacto Mundial y con objetivos de sostenibilidad claros, el cumplimiento de estas recomendaciones será incluso más sencillo.

Los productos sostenibles empiezan con cadenas de suministro sostenibles (Industry Week: 2014). Las estrategias variarán dependiendo de cada empresa y la complejidad de su negocio. Desde la sociedad civil se puede fomentar la sostenibilidad de los negocios a través de una mayor vigilancia de los bienes y servicios y la exigencia de mínimos indispensables a ser cumplidos no solo por la empresa líder, sino también por sus proveedores y contratistas. El debate ya ha sido abierto y las estrategias se encuentran constantemente variando, pero todas con un mismo fin, la sostenibilidad de los negocios y del planeta.

Fuente: United Nations Global Compact & BSR: 2010.

 

Pero, ¿cómo determinar quiénes son los malos elementos? El Pacto Global de las Naciones Unidades recomienda los siguientes pasos:

-Compromiso

Desarrollar casos de estudio comprendiendo el contexto del negocio.

Establecer una visión y objetivos para la cadena de suministro sostenible.

Establecer expectativas de sostenibilidad para la cadena de suministro.

-Asesoramiento

Determinar el alcance de los esfuerzos basándose en las prioridades e impactos del negocio.

-Definir e implementar

Comunicar las expectativas y comprometerse con los proveedores para optimizar el performance.

Asegurar el alineamiento y realizar un seguimiento interno.

Generar partnerships y colaboraciones.

-Medición y comunicación

Monitorear el performance frente a las metas de sostenibilidad y ser transparente el reporte.







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