Por Stakeholders

Lectura de:

GABRIEL HERRERA
Coordinador de Comunicaciones de Nature Services Perú

Muchos nos hemos preguntado ¿qué podemos hacer para frenar la crisis climática? A ojos de muchos, este es un problema que deben enfrentar los gobiernos y organizaciones multilaterales en cumbres internacionales. Pero si vemos un poco más allá de los grandes debates, en el fondo, somos nosotros quienes debemos cambiar para sanar al planeta. El cambio, al fin de cuentas, comienza en casa.

Rosa y Juan son una pareja joven. Llevan juntos un tiempo, trabajan en sitios separados y les gusta mucho la tecnología y comer bien. Rosa, por ejemplo, acaba de adquirir el último modelo de iPhone, y ha descartado el que tenía hace menos de un año en perfecto estado. Juan es fanático de las zapatillas para correr y tiene más de diez pares.

Su lavadora se malogró hace pocas semanas y decidieron comprar otra, sin saber que podían repararla con menos dinero y alargar su vida útil. La carne y el pollo, que sus hijos adoran, es un elemento infaltable en su mesa diaria. Y están a punto de comprar un segundo auto que les permita independizarse en sus traslados diarios. Esta familia joven representa el caso de millones de personas de clase media en Perú, que gracias al acceso al crédito y un gran esfuerzo conjunto pueden satisfacer sus necesidades. Claro, sin pensar en el Perú.

Cuando uno lee los periódicos o revisa la web encontrará que la crisis climática es causada por las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), por los combustibles fósiles, por el incontrolable crecimiento de la industria china y estadounidense. Culpamos a la industria y al gobierno, pensando que este es un problema que está por encima de nosotros. Pero no es así. Pensemos en Rosa y Juan. Ella podría esperar a que su teléfono deje de funcionar para comprar otro, él podría tener solo las zapatillas que necesita no las que desea tener. Podrían haber reparado su lavadora y comer carne una vez por semana. Y claro, tener solo un auto o bicicletas si sus desplazamientos fueran cortos.

La industria funciona para fabricar cosas: celulares, autos, lavadoras, zapatillas, que compramos todos los días sin pensar en si realmente los necesitamos. El mundo se encuentra en crisis porque en nuestro afán de consumir hemos agotado los recursos del planeta, degradado nuestros bosques, contaminado nuestros océanos. Pensemos en el bistec que Rosa y Juan comen tres veces por semana. Se estima que la producción de carne roja es responsable del 25% de las emisiones de GEI, directo responsable del cambio climático global. Y contemos que la lavadora se fue a la basura, donde se sumará a las toneladas de desechos que tardarán cientos de años en degradarse.

Por ello, si queremos cuidar el Perú debemos empezar en casa. Analicemos nuestros patrones de consumo, de tecnología, comida, ropa y calzado, energía y agua. Podemos empezar con pequeños pasos: comer menos carne, adquirir productos locales y orgánicos, no comprar cosas que no necesitamos, reparar nuestras cosas antes de desecharlas, ahorrar agua y energía, separar y reciclar nuestros desechos. Si se cuenta con más tiempo, podemos cuidar espacios verdes en nuestro barrio o nuestras casas, participar activamente de iniciativas de conservación.

Al poner en práctica este conjunto de ideas, nuestra huella de carbono se habrá reducido entre 50 y 70%. Un gran aporte para el Perú y para nuestros hijos que heredarán la tierra. Para bioregenerar la huella ambiental que aún nos queda, además podemos apoyar a pobladores rurales a vigilar y restaurar paisajes naturales en diferentes lugares del Perú.







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