Para promover una transición hídrica, justa y sostenible, donde todos cuenten con servicios de agua y saneamiento, se requiere una inversión público y privada de al menos el 1,3% del PIB regional por 10 años, de acuerdo a CEPAL. 

Por Stakeholders

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Más de 3,6 millones de empleos verdes son los que generaría las inversiones hídricas, así como mejores ingresos familiares, esto ayudaría a mejorar la economía a nivel global, disminuyendo contaminantes e incrementando la resiliencia ante el cambio climático y amenazas sanitarias como la Covid-19, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Para promover una transición hídrica, justa y sostenible, donde todos cuenten con servicios de agua y saneamiento utilizados de forma segura, se requiere una inversión público y privada de al menos el 1,3% del PIB regional por 10 años,  de acuerdo a CEPAL. 

En esa línea, José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de CEPAL, mencionó que es fundamental que América Latina impulse las inversiones en infraestructuras hidráulicas y servicios de saneamiento relacionados con el agua para contribuir con el bienestar y calidad de vida de la población, así como reactivar la economía de la región.

Esto fue durante la inauguración de la tercera edición de los Diálogos Regionales del Agua que se celebra en la sede del organismo de las Naciones Unidas en Chile.

Un derecho humano olvidado

Salazar-Xirinachs resaltó que, si bien el agua es reconocida como un derecho humano desde 2010, en América Latina y el Caribe una gran parte de la población aún carece de servicios de agua y saneamiento.

Remarcó que el 25% de las personas no cuentan con acceso a agua potable (161 millones de personas), mientras que el 66% de la población de la región (431 millones de personas) no tiene acceso a servicios de saneamiento eficientes.

Desigualdad latente

“El quintil más vulnerable sufre más esta situación, con un 25% menos de acceso a estos servicios. Además, y debido a la progresividad de los sistemas tarifarios de agua, este quintil de mayores necesidades paga hasta el doble, que el quintil más rico”, advirtió.

El secretario ejecutivo de CEPAL precisó que, en los últimos 30 años, los desastres relacionados con el agua significaron el 88% del total de los eventos ocurridos en la región, con un impacto muy alto.

Añadió que, del ciclo natural del agua, de sus flujos en cantidad y calidad suficientes, dependen tanto la vida humana como la integridad ecosistémica que sostiene gran parte de las actividades económicas principales para el desarrollo sostenible. 

Por ello, “es preciso reconocer que el agua es clave para todos los sectores como; la agricultura, la industria y la minería, así como para los sectores transformadores, entre los que resaltan la bioeconomía, las energías renovables, la biodiversidad, la economía circular y el turismo sostenible”, concluyó.







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