Por Stakeholders

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Los ingresos de la industria cinematográfica en el Perú mostraban un sólido crecimiento antes de la pandemia. Según pronósticos del Global Entertainment & Media Outlook 2020-2024 de PwC, antes de la pandemia se esperaba que la industria alcanzara los US$ 242 millones para 2023. Sin embargo, la última actualización del estudio proyecta que la recuperación post COVID-19 será lenta, por lo que solo se alcanzaría US $ 170 millones para 2024. Una cifra significativamente menor a la proyectada previamente.

El mercado cinematográfico peruano tiene un evidente potencial de crecimiento. En 2019 Perú mostró una admisión per cápita de 1.7, una de las más altas de la región; a pesar de que, al 2019, el país contaba solo con 642 pantallas para atender a una población de más de 30 millones. Sin embargo, se pronostica que el número de pantallas aumentaría lentamente durante el período de pronóstico y llegaría a 688 para 2024.

Asimismo, la producción local se está fortaleciendo, impulsada por el apoyo gubernamental y privado. En 2019, Canción sin nombre, de Melina León, se convirtió en la primera película de una directora peruana en ser elegida en la selección oficial de Cannes.

Latinoamérica

El brote de COVID-19 tendrá un efecto severo en el mercado cinematográfico de la región y el mundo. En el caso de Argentina, los ingresos de taquilla obtuvieron ganancias sólidas en 2019, gracias a una potente producción local, alcanzando una participación de mercado local del 14,7% en 2018. No obstante, el sector se contraerá drásticamente este 2020, debido a la pandemia.

Por su lado, si bien el mercado cinematográfico brasileño había superado la marca de 200 millones de admisiones en 2019, con un costo promedio de ticket de US$ 4.39, los ingresos del sector caerían en 71.2% este año, por el cierre de pantallas de cine y retraso de estrenos de películas debido al brote de COVID-19. No obstante, la pandemia no es el único reto del sector en Brasil. La industria local se ha visto afectada por los recortes del presidente Bolsonaro al financiamiento de las organizaciones artísticas, incluida la organización cinematográfica estatal Ancine (Agência Nacional do Cinema), y la eliminación de los subsidios para la producción y distribución.

En Colombia, el propio Ministerio de Cultura ha reconocido que el sector cinematográfico del país está polarizado. Las salas de cine se concentran en las grandes ciudades y gran parte del país tiene que conformarse con una distribución alternativa en escuelas y salones. Tan solo 1.119 pantallas atienden a una población de alrededor de 50 millones, por lo que muchos colombianos aún no tienen fácil acceso al cine. Si bien el gobierno colombiano ha buscado fomentar el séptimo arte hasta con incentivos tributarios, lo cual ha resultado en un crecimiento constante de la industria, se proyecta que, con la pandemia, los ingresos se reduzcan en un 66.9%

El Instituto Mexicano de Cinematografía ha recopilado datos exhaustivos sobre la expansión del sector. En 2018, el cine obtuvo “un desempeño económico casi cuatro veces más dinámico que la economía nacional en general». De hecho, en el país norteño la industria cinematográfica creó 30,357 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, esto es más que los 30,049 empleados en las industrias del hierro y el acero del país. Este crecimiento se ve reflejado en el éxito internacional de prestigiosos directores mexicanos como Alfonso Cuarón, Guillermo Del Toro o Alejandro González Iñárritu. Sin embargo, al igual que en los otros países de la región, este desempeño se ve amenazado por la pandemia que contraerá los ingresos de la industria en 68%.

Para más información, contactarse con PwC Perú.







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