En el contexto empresarial actual, la sostenibilidad ya no es un tema de nicho que interesa a unos pocos expertos y ambientalistas. Por el contrario, se ha convertido en un estándar transversal a todas las industrias, en respuesta al aumento de la demanda de mayores compromisos para hacer frente al cambio climático por parte de consumidores, inversores y gobiernos de todo el mundo.
A medida que se desarrolla la tendencia mundial hacia una economía más verde, también vemos cómo se acelera la necesidad de una transformación ecológica de las empresas, comenzando por incorporar dentro de sus estrategias criterios medioambientales, sociales y de gobernanza, comúnmente llamados ESG por sus siglas en inglés. Hoy, todas las industrias están reconociendo el inmenso valor de integrar estos principios en sus operaciones, con el fin de fomentar el crecimiento sostenible y crear valor a largo plazo para las personas y la sociedad.
Las cifras son más que contundentes. Según datos de la consultora McKinsey, el 90% de las empresas del S&P 500, el índice bursátil que integra a las 500 empresas más grandes de Estados Unidos, reportan regularmente sus avances y logros en implementación de criterios ESG. Y de acuerdo con la firma PwC, el 91% de los líderes empresariales consideran que las compañías tienen una responsabilidad de actuar para contribuir con indicadores ESG, mientras que un 76% de los consumidores afirma que dejaría de comprar a empresas que no contribuyen activamente con el bienestar del medio ambiente, de sus empleados o de la comunidad.
América Latina tiene una oportunidad única para capitalizar en materia de desarrollo sostenible. Nuestra región concentra cerca de la mitad de toda la biodiversidad del planeta y alrededor de un tercio de los recursos globales de agua dulce. Tres de los cinco países con mayor diversidad de aves, anfibios, mamíferos, reptiles, peces y plantas se ubican en esta región, que además alberga un 46.5% de los bosques del mundo.
Proteger la biodiversidad, los recursos naturales, y por supuesto a nuestras comunidades a lo largo y ancho de la región, es una prioridad que debemos asumir como sociedad. Y en este campo, las empresas tienen un papel crucial para liderar la transición hacia un mundo más verde y próspero.
El verdadero liderazgo empresarial en materia de sostenibilidad no se trata simplemente de seguir una moda. Va mucho más allá: parte de una visión estratégica que coloca la innovación en el centro de todas nuestras acciones.
Este enfoque del liderazgo desde la innovación es lo que nos permite ser mucho más eficientes en nuestra estrategia, generando resultados realmente significativos en toda la cadena de sostenibilidad, abarcando el consumo de agua y energía, la reducción de las huellas hídrica, forestal y de carbono, el abastecimiento responsable y el impacto en las comunidades.
Vemos muestras de liderazgo empresarial sostenible en la adopción de prácticas responsables en torno a la generación y gestión de residuos como, por ejemplo, los esfuerzos por cumplir metas de cero residuos a vertederos y reducción de uso de plásticos en empaques de productos.
El verdadero compromiso con la sostenibilidad comienza por idear nuevas maneras en que podemos optimizar nuestras acciones para alcanzar resultados de mayor impacto y revolucionar los estándares de la industria. Para ser sostenibles hay que hacer las cosas de forma diferente.
Nos corresponde, como líderes empresariales y de la industria, impulsar el cumplimiento de metas de sostenibilidad cada vez más ambiciosas, promoviendo no solo el crecimiento económico sostenible de nuestra región, sino también estableciendo los más altos estándares en cuanto a prácticas de transparencia, rendición de cuentas y gobierno corporativo en las organizaciones.
Esta es la ruta para convertir a América Latina en un referente global en materia de sostenibilidad. Apoyándonos en el liderazgo empresarial, podemos seguir avanzando en la construcción de un mundo más seguro, saludable y próspero para las generaciones futuras, con oportunidades equitativas y una sólida promesa de cuidado del medioambiente y las personas.