La transición energética es un paso importante para Perú, gracias a que impulsa el desarrollo económico, pero también la sostenibilidad ambiental y seguridad energética. Si bien las energías verdes o renovables, como la hidráulica, eólica o solar, son fundamentales para este proceso, su capacidad para ofrecer confiabilidad las 24 horas al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional SEIN aún es limitada.
Para garantizar la seguridad de suministro energético, es crucial considerar las fuentes de energía disponibles y cuán confiables son, especialmente en regiones propensas a variables climáticas como Perú. En este sentido, el gas natural y la energía térmica son significativos para proporcionar una base sólida para la seguridad e intermitencia del suministro energético.
“La transición energética se debe apalancar en tecnologías que brinden firmeza y confiabilidad a los Sistemas Eléctricos Interconectados y es acá donde el Gas Natural juega un papel clave al brindar esa firmeza en la inyección de energía al SEIN, al no depender de las condiciones climáticas, ni horas solares o cambios hidrológicos, entre otros. Perú cuenta actualmente con provisión propia de Gas Natural, también con un importante Parque Térmico eficiente de alrededor de 3,450 MW de capacidad instalada. Esto permite apalancar esta transición e ir eliminando progresivamente el uso de fuentes de energía con altos niveles de emisión de GEI, como aquellas a base de derivados del petróleo, a medida que entran en operación comercial los proyectos renovables.”, señala Carlos González, Gerente de Operaciones Térmicas y Eólicas.
Perú sobresale por tener una matriz energética relativamente limpia en América Latina, con un 50% de origen hidroeléctrico y un 5% proveniente de fuentes de energía renovable no convencionales (ERNC), según datos proporcionados por el Ministerio de Energía y Minas (MINEM).
Otra perspectiva importante es adoptar un enfoque integral de planificación de recursos energéticos, donde se diseñe un conjunto de medidas que equilibren los tres aspectos mencionados: seguridad, diversificación y reducción de emisiones, aunque no necesariamente al 100%.
En conclusión, la transición energética en Perú debe equilibrar la incorporación de fuentes renovables con la confiabilidad del suministro, aprovechando los recursos locales, como el gas natural, para garantizar una matriz energética sostenible y resiliente frente a las variabilidades climáticas.