Por Stakeholders

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El último 19 de noviembre se conmemoró el Día Mundial del Retrete. Conocido en otras partes del mundo como inodoro, este utensilio es muy importante para que las personas cuenten con un adecuado acceso al servicio de agua y saneamiento. Además, contribuye a la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número seis.

Sin embargo, el panorama para muchas de ellas es preocupante. Y es que en el mundo hay un serio porcentaje de población que no cuenta con este equipamiento básico. Teniendo en cuenta que la pandemia del nuevo coronavirus exige medidas de prevención e higiene, el tema cobra un rol vital para la sobrevivencia de las familias más vulnerables.

Según la ONU, “en todo el mundo, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre, dos de cada cinco personas no disponen de una instalación básica destinada a lavarse las manos con agua y jabón, y más de 673 millones de personas aún defecan al aire libre”.

Cuando los desechos humanos no son tratados y terminan al aire libre, estos representan un serio problema de salud porque son focos de enfermedades crónicas y mortales.

Cambio climático

Otro punto importante a considerar son los efectos del cambio climático sobre las instalaciones de saneamiento, entre ellos el inodoro. Por ejemplo, los retretes pueden verse afectados por inundaciones, abriendo la posibilidad de que los desechos puedan acabar en suministros de agua, cultivos alimentarios y hogares. En ese sentido, otros fenómenos provenientes de la crisis climática condicionan la estabilidad de estos servicios, más aún en hogares que no presentan infraestructura adecuada.

“Más del 80% de las aguas residuales resultantes de actividades humanas se vierten en los ríos o el mar sin ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación. Cada día, alrededor de 1000 niños mueren debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene”, señala también las Naciones Unidas.

Para esta problemática es fundamental tener un saneamiento sostenible, el cual “comienza con un inodoro que captura de manera efectiva los desechos humanos en un entorno seguro, accesible y digno”, asegura un informe de la ONU con motivo del Día Mundial del Retrete. Asimismo, agrega que la correcta reutilización de los desechos humanos ayuda ahorrar agua, a la vez que permite que las emisiones de gases de efecto invernadero puedan ser reducidas y capturadas para ser redirigidas a la producción de energía.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también se manifestó al respecto, para lo que hizo énfasis en los fenómenos producto del cambio climático como las inundaciones, las sequías y el incremento del nivel del mar. Tanto fosas sépticas, inodoros y plantas de tratamiento están en riesgo frente a este tipo de siniestros.

Entre los países donde gran parte de su población todavía realiza sus necesidades al aire libre, están Chad, Benín y Etiopía (África), señaló la ONU. A nivel mundial, se calcula que el 10% de las personas incurren en este tipo de prácticas, claramente definidas por la ausencia de este tipo de servicios. En esa línea, se prevé que una de cada tres escuelas no tienen servicios higiénicos, lo que pone en peligro a millones de estudiantes. De acuerdo a la OMS, de proveer un correcto saneamiento, cerca de 840 mil muertes se podrían evitar debido a enfermedades diarreicas.







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