La pigmentación es un mecanismo que tienen las flores para protegerse de la radiación solar y los cambios de temperatura. Es la constatación de los científicos tras analizar miles de muestras de plantas de las últimas décadas. Los cambios de color no pasan desapercibidos para los polinizadores como las abejas.
Las plantas cambian de color para protegerse del cambio climático, esta fue una de las conclusiones de un equipo de científicos de la Universidad de Clemson (Estados Unidos) tras analizar la evolución de miles de muestras de flores de las últimas décadas.
Los científicos recopilaron al menos 1.238 especímenes de plantas secas y prensadas de herbarios de Australia, América del Norte y Europa. Usaron una cámara sensible a los rayos ultravioletas y fotografiaron los pétalos de las flores para analizar cómo su pigmento había ido cambiando con el tiempo. Luego, compararon sus conclusiones con datos históricos de temperatura y niveles de ozono.
Entre 1941 y 2017, los pigmentos que absorben los rayos ultravioletas variaron en las flores de gran parte del mundo, según el estudio Floral Pigmentation Has Responded Rapidly to Global Change in Ozone and Temperature.
Así como sucede con la piel de los humanos, las flores tienen mecanismos para protegerse de la radiación solar y de los cambios de temperaturas. Algunas pueden oscurecer o aclarar su tono para adaptarse.
Las flores llevan décadas cambiando de color
“La alteración de la coloración ultravioleta de las flores tiene el potencial de interrumpir la polinización”,explica Matthew Koski, científico de la Universidad de Clemson y director del estudio. “Esto tiene implicaciones en la reproducción de las plantas, tanto en aquellas nativas, de flores silvestres, como en las especies de cultivos domesticados, como la colza o el girasol”, agrega.
Otra investigación promovida por la misma universidad reveló que el color de las flores también ha cambiado de forma visible para los humanos. Para conseguirlo, el equipo de investigadores retrocedió en el tiempo hasta llegar al año 1895.
En total, recolectaron descripciones del color de las flores de América del Norte desde el siglo XIX hasta la actualidad y las compararon con datos climáticos precisos. Centrándose en información sobre precipitaciones, temperaturas mínimas y máximas, índices de presión e incluso la temperatura del rocío.
Según las conclusiones, publicadas en la revista Proceedings of the Royal Society B bajo el título The effects of climate change on floral anthocyanin polymorphisms, hubo variaciones de color en flores de las 12 especies estudiadas. En algunas la tonalidad se oscureció y en otras se aclaró.
Para Koski, todo tiene relación con la cantidad de variación climática que las flores experimentaron a lo largo del tiempo en su área de distribución.
De acuerdo con el documento se llegó a la conclusión que el cambio de color se da por el calentamiento global y otros factores, como la temperatura y la sequía.
Por su parte, los investigadores consideran importante realizar un estudio más profundo, que les permita conocer cómo las diferentes especies pueden responder al cambio climático y cuáles son las más vulnerables.