Group of happy and diverse volunteers

Derechos humanos

Voluntariado, una forma de promover buena ciudadanía en el Perú

De acuerdo a algunos estudios, en el país existe disposición por parte de las personas para compartir su tiempo y talento con organizaciones de voluntariado. De este modo, las posibilidades de formar ciudadanos con valores y comprometidos con el desarrollo sostenible son enormes, siempre y cuando se geste desde una buena planificación e impulse la mejora de la normativa existente.

Por Renzo Rojas

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El voluntariado puede ser una vía para construir una mejor ciudadanía en el Perú. Hace posible contar con ciudadanos conscientes y, sobre todo, activos frente a los problemas que afrontan sus semejantes. En ese sentido, contribuye al desarrollo de una agenda social en favor de los grupos más vulnerables y, además, es una fuerza de envergadura ante los retos medioambientales.

Ricardo Miranda, jefe de programas y proyectos en la Dirección de Sostenibilidad de la USIL, se muestra convencido de que el voluntariado puede coadyuvar a que las personas tomen conciencia sobre los problemas estructurales que afectan al país. Resalta su contribución, ya que mediante esta actividad se permite también acercar el tiempo y el talento de voluntarios hacia la consecución de objetivos que se relacionan directamente con la Agenda 2030 de la ONU.

“Se puede dirigir el aporte de las escuelas y las universidades hacia temas de protección ambiental. También a los investigadores o docentes hacia aspectos de crisis alimentaria y más. El voluntariado es un camino. Una forma de ampliar el alcance de los programas sociales y ambientales que surgen del Estado, sector privado, ONG, entre otras entidades”, sostiene.

Ricardo Miranda – Jefe de programas y proyectos en la Dirección de Sostenibilidad de la USIL

Son numerosos los ejemplos de programas de voluntariados que aportan especialmente en situaciones de complejidad. Un caso resaltante es el de la Cruz Roja Peruana, que tiene al voluntariado como pilar. De acuerdo con Andrés Medina, coordinador nacional de Voluntariado, Juventud y Desarrollo de Filiales de esta institución, no hay acción que la organización sin fines de lucro realice sin los voluntarios.

“Quienes ejecutan las actividades son los voluntarios en más de 30 filiales a nivel nacional. Contamos con más de 5000 voluntarios. Algunos con más de 20 años de participación. También con aquellos que recientemente se han graduado. Esa es la riqueza de nuestro programa. Tienes que poseer una mística no solo de querer ayudar, sino de aprender a ayudar bien”, explica.

Con un alcance en casi 20 departamentos del país, la Cruz Roja Peruana apoya y asiste a comunidades vulnerables en diversas situaciones de emergencias o desastres naturales, por ejemplo. En este propósito, los voluntarios son parte fundamental de las actividades, por lo que su compromiso se traduce en la aplicación de sus habilidades y capacidades, así como en la puesta en práctica de valores, justamente aquellos que distinguen a un buen ciudadano.

Trascender y contribuir

Vale precisar que es erróneo pensar que el voluntariado es una acción únicamente caritativa. Figura una serie de beneficios tanto para el voluntario como para el beneficiario. Ricardo Miranda, quien además se ha desempeñado como director nacional de voluntariado en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, señala que si bien una persona puede optar por ser voluntario debido a un interés en particular primero, el objetivo es que hallé después una motivación en cooperar al desarrollo de su país.

“Quienes gestionamos el voluntariado nos tenemos que hacer cargo de que esa motivación, que al inicio pudo ser extrínseca, se vuelva intrínseca; que se encuentre esa satisfacción por ayudar, hacer el bien, donar tu tiempo y talento”, precisa.

Justamente, continúa, el reto de los gestores de voluntariado radica ahora en no solo convocar a los participantes, sino también en contribuir a su buen perfil, asignarles las tareas y las herramientas adecuadas, y motivarlos constantemente para que encuentren la posibilidad de trascender.

El representante de la USIL vincula, además, esta trascendencia con la formación de un buen ciudadano. En esa línea, detalla que desde el voluntariado se puede visionar qué capacidades o valores se necesitan en la sociedad, para que así se promueva la ciudadanía desde los programas correspondientes de manera estratégica.

“Necesitamos un ciudadano comprometido, tolerante, empático, participativo, responsable; todas estas son competencias que podríamos desarrollar en los voluntariados”, remarca.

¿Somos voluntarios los peruanos?

En consideración de Ricardo Miranda, Perú es un país de voluntarios y voluntarias. Esto se relaciona con el carácter emprendedor y solidario de por sí del peruano. Subraya que, según el World Giving Index 2022, el país ocupa el puesto 51 respecto al tiempo que le dedican las personas al voluntariado.

“Si lo comparamos con la cifra de hace 5 o 6 años, el Perú estaba en el puesto 87”, puntualiza.

Para Andrés Medina, sí existe en la población la intención y la expectativa por involucrarse en programas de voluntariado. Sin embargo, hace hincapié en que hace falta mucho trabajo en aspectos como la protección del voluntario, la eliminación del sesgo sobre que el voluntariado reemplaza actividades sin financiamiento, entre otros puntos, los cuales podrían ser abordados desde la normatividad.

Andrés Medina – Coordinador nacional de Voluntariado, Juventud y Desarrollo de Filiales de la Cruz Roja Peruana

“Somos uno de los pocos países en el mundo que cuenta con una Ley General del Voluntariado. Es decir, que establece unos criterios, aunque existe ciertas incongruencias dentro de la norma como tal. Es del 2004, y debió haber sido revisada y actualizada hace mucho tiempo. Considero que la gente tiene mucha voluntad, pero nos falta ordenar nuestro sistema nacional de voluntariado”, argumenta.

Entre otras falencias, agrega que es imprescindible en el país agilizar mecanismos para que las organizaciones de voluntariado puedan registrarse de una forma más rápida, y así obtener algunos beneficios que les permitan ser sostenibles y crecer. Pone como ejemplo específico el caso de las donaciones, las cuales están reguladas pero bajo un proceso burocrático engorroso que no facilita actividades propias de los voluntariados.

“Actualizar esa ley sería necesario en un principio. La Cruz Roja Peruana forma parte de la Comisión Nacional de Voluntariado. Desde hace algunos años atrás venimos insistiendo al respecto. (…) Se ha revisado una nueva ley nacional de voluntariado tratando de impulsar el tema de las acciones, de organización, pero también en torno a la protección del voluntario. Por ejemplo, si sufre un accidente para que pueda ser atendido inmediatamente en un centro médico sin necesidad de inscripción”, enfatiza.

Contribución empresarial

Andrés Mendina indica que gran parte de la contribución que realiza la Cruz Roja Peruana en el país es gracias no solo al compromiso de los voluntarios, sino también al apoyo del sector privado. Desde contar con voluntarios de las compañías en actividades específicas, hasta la donación de víveres o equipos para situaciones de emergencia, todas las organizaciones pueden sumarse en general a ayudar y asistir a los grupos más vulnerables.

“Todas las empresas pueden incorporarse a las acciones de la Cruz Roja de distintas formas. En tiempos de pandemia, por ejemplo, trabajamos con Nestlé. Hicieron donaciones, pero también sus voluntarios participaron en los almacenes para seleccionar productos y armar kits de ayuda”, concluye.




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