Por Stakeholders

Lectura de:

Mauricio Schwartzmann
Head de RappiBank Perú

Hoy en día nos enfrentamos a un escenario en el que las empresas se dirigen a consumidores cada vez más informados y exigentes. El interés que los usuarios sienten por su entorno se refleja en tendencias como las finanzas sostenibles, que vienen ganando territorio durante los últimos años. Esto se debe a las preferencias de los usuarios por inversiones que toman en cuenta factores medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo. 

¿Cómo la industria financiera, percibida como muy rígida o poco cercana a la comunidad, puede ser sostenible? Si bien es un gran reto, también se considera como una oportunidad. Lejos de ser tan solo un medio de fidelización, trabajar en base a un propósito es un fin en sí mismo. Las finanzas no son ajenas a la construcción de un futuro mejor y es posible hacer sinergia entre nuestros objetivos de rentabilidad y la generación de un impacto positivo en la sociedad. 

De acuerdo a la Comisión de Empresas y Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, se pronostica que las oportunidades de mercado relacionadas al desarrollo sostenible representarán al menos $12 billones al año en ingresos y ahorros hacia el 2030. Así, las cifras demuestran que la sostenibilidad ha dejado de ser una característica o aspiracional deseable para convertirse en ‘must’ para las compañías.

En esa línea, el desafío y propósito de las fintech no es solo ofrecer servicios innovadores. También deben otorgar beneficios relevantes y experiencias digitales personalizadas a sus clientes, y que respondan a las necesidades del entorno. 

En el mundo, hay iniciativas interesantes de fintech con ese propósito, como es el caso de Tomorrow en Alemania, las cuales podrían abrir nuevos horizontes de innovación en nuestra región. Mientras que a nivel local, existen otras que tienen por objetivo reducir la brecha de acceso de usuarios no bancarizados a productos crediticios. Además, hay programas orientados a la reducción de desigualdades que nos ha llevado a incorporar políticas de representatividad de género en el mundo financiero para que la participación de mujeres líderes dentro del sector bancario siga avanzando.

Nos corresponde entonces seguir trabajando de manera constante en el monitoreo de nuestras acciones para disminuir los impactos negativos en la comunidad e identificar oportunidades para impulsar los positivos. Si de tomar partido se trata, siempre estaremos del lado de la creación de valor. Finalmente, las empresas no existirían sin la sociedad y es nuestra responsabilidad retribuirles la confianza que depositan en nosotros.







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