P.H.D. Carmelo Santillán Ramos
Director General de CSR Consulting-Asesoría de
Sustentabilidad y Economía Circular*
Hemos estado viviendo momentos de tensión a nivel mundial que nos han visibilizado las consecuencias de no procurar nuestro entorno, tanto a nivel social como ambiental.
Uno de estos problemas, y de los que más urge resolver, es el cambio climático. Algunas de las actividades de las que nos rodeamos en nuestra vida diaria y que fomentan el cambio climático son las que proceden del uso de la gasolina, como conducir un automóvil. Estas actividades emiten emisiones que se dirigen a la atmósfera, lo que atrapa el calor y aumenta la temperatura; entre las emisiones que más lo fomentan se encuentran el dióxido de carbono y el metano, en donde los vertederos de basura son una fuente importante de emisiones de este último. Además, la energía, la industria, el transporte, los edificios, la agricultura y el uso del suelo se encuentran entre los principales emisores.
Ser carbono neutral no es más que compensar esas emisiones de GEI que se generan, por lo que, para compensarlas, es necesario calcular la huella de carbono de la organización, lo cual consiste en medir el impacto que sus actividades tienen en el medio ambiente. Recomiendo que, para esto, se acuda con un especialista en huella de carbono ya que para hacer un cálculo integral y completo puede hacerse basándose en tres alcances:
Alcance 1: Emisiones directas que provienen de la combustión de calderas, hornos, calentadores, vehículos de gasolina que son propiedad o son controlados por la organización. En este rubro también se incluyen fugas de gas natural, fugas de gas refrigerante y diferentes imprevistos y accidentes en maquinaria de la organización.
Alcance 2: Emisiones indirectas de GEI asociadas a la generación de electricidad consumida por la organización.
Alcance 3: Otras emisiones indirectas de GEI, por ejemplo, las emisiones de la extracción y producción de materiales consumidos por la organización, viajes de trabajo a través de vehículos no propiedad de la organización, transporte de materias primas (actividades de logística) realizada por terceros, entre otras.
Calculada la huella de carbono, debe ser verificada por una entidad independiente acreditada para llevar a cabo este servicio, lo que es útil para disponer de un informe de emisiones de GEI verificado por una tercera parte, lo que permite obtener acceso a subvenciones o contratos con aquellas administraciones públicas que contemplen la verificación de huella de carbono como un requisito.
Una vez que se tenga calculada la huella de carbono y verificada, se conocerán las toneladas que se emiten en las actividades que realiza la organización. La manera más sencilla de compensar las emisiones y lograr la carbono neutralidad consiste en apoyar proyectos de compensación de carbono mediante la compra de bonos, los cuales ayudan a los habitantes de una región específica a llevar una vida más digna, a la vez que ahorran emisiones de GEI de manera verificable.
Otra alternativa consiste en certificarse como empresa neutra en emisiones o, en su caso, certificar un evento específico como evento neutro en emisiones. Existen programas en Latinoamérica que pueden realizar esta certificación, en donde compensan las emisiones mediante créditos de carbono registrados internacionalmente.
Las ventajas de que una empresa sea carbono neutral consisten en que la organización demuestra que está en proceso de descarbonización, y si se cuenta con una certificación, puede cumplir con los requisitos que grandes empresas están solicitando a sus proveedores. Además, la imagen que tiene en el mercado puede verse beneficiada al implementar estrategias de sostenibilidad y responsabilidad social, ya que los consumidores comienzan a tomar sus decisiones de compra con base en acciones que tengan un beneficio social y ambiental.