Por Stakeholders

Lectura de:

Arturo Caballero
CEO de A2G Sostenibilidad y Cambio Climático

La acción climática y la transición energética a energías renovables son dos conceptos que están íntimamente relacionados y son fundamentales para garantizar un futuro sostenible para el planeta y para la humanidad. La crisis climática y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son los principales impulsores de la transición energética. 

Así, ir hacia una economía baja en carbono implica un cambio significativo en la forma en que se produce, se distribuye y se consume energía en todo el mundo. Esto incluye la promoción e inclusión cada vez mayor de fuentes de energía renovable, la mejora de la eficiencia energética y la reducción del consumo de combustibles fósiles a todo nivel. 

La importancia de las energías renovables en la transición energética 

La transición energética es clave para abordar la crisis climática y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Este acuerdo tiene como objetivo limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2°C por encima de los niveles preindustriales, con el fin de evitar los peores impactos del cambio climático. Para lograr este objetivo, es necesario reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y esto requiere una transición hacia una economía baja en carbono, en la que se reduzca significativamente la dependencia a los combustibles fósiles y se promueva el uso de fuentes de energía renovable y eficientes en carbono. La meta es que el planeta sea Carbono Zero al 2050. 

La transición energética y el mayor consumo de energías renovables, además, puede tener importantes beneficios económicos, sociales y de salud. Puede crear empleos en sectores como la construcción y operación de centrales de energía renovable; la especialización en eficiencia energética para las industrias y la tecnología de almacenamiento de energía. También puede mejorar la seguridad energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles importados, lo que puede contribuir a la estabilidad económica y geopolítica de los países. 

Para implementar acciones y así lograr una transición energética desde las energías renovables, se deben incluir políticas, medidas y acciones que busquen generar cambios en la matriz energética para mitigar los efectos del cambio climático y promover la transición hacia una economía baja en carbono. 

Algunas de las medidas para promover esta transición podrían incluir, entre otras acciones: 

– Establecer objetivos y políticas ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la adopción de fuentes de energía renovable y eficientes en carbono. 

– Fomentar la inversión en energía renovable y eficiencia energética mediante incentivos fiscales y financieros y la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles. – Promover la innovación y el desarrollo tecnológico en energía renovable, almacenamiento de energía y eficiencia energética.

 – Mejorar la planificación energética y la integración de las energías renovables en la red eléctrica.

 – Sensibilizar y educar a la sociedad sobre la importancia de la transición energética y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Por otro lado, la transición de la energía de hoy, hacia una energía más limpia y más baja en carbono, implica un cambio significativo en la forma en que esta se genera, se distribuye y se consume en todo el mundo. La energía proveniente de la quema de combustibles fósiles, sobre todo carbón, petróleo y gasolina, debe quedar en el pasado. El gas solo debe quedar como un combustible de transición para llegar a tener una energía limpia en un futuro cercano. 







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