Por Stakeholders

Lectura de:

Fernando Legrand
Coordinador Regional de CapacitaRSE

En el mundo cada día más digital en el que vivimos existe hoy un gran desafío que debería ser el centro de atención para cualquier tipo de empresa (sea de origen tecnológico o no). Me refiero a la inclusión digital de sus clientes, usuarios y/o consumidores, porque este tema, que lo podríamos tratar como tema material también, nos obliga a trabajar a la par con su contracara: la exclusión digital. 

Y esto lo vemos con frecuencia, cuando cada vez más las generaciones de 60, 70 y más años, les resulta más difícil adaptarse a las nuevas tecnologías y cambios constantes de plataformas que hoy se requieren para sacar turnos de atención, revisar el menú de un restaurante o pagar las cuentas. 

Desde el lado de las empresas, se suele responder a estos problemas con más Innovación. “Mantenlo simple” debería ser el nuevo mantra de todos los equipos de UX (experiencia de usuario) a la hora de diseñar sitios web, aplicaciones, y gadgets que utilizamos en el día a día. 

Porque, además, con una mentalidad de simplicidad realmente podríamos abordar diversas problemáticas presentes gracias a la Transformación Digital: la readaptación al cambio; la adaptación de los procesos y su mayor eficiencia; el ahorro y optimización de recursos no renovables, por mencionar solo algunos. 

La innovación hoy es un enfoque estratégico para diversas industrias, empezando por las de manufactura que -muchas veces- impulsadas por la regulación, requieren readaptarse a nuevos escenarios que las desafían a repensar sus formas de hacer. 

Y también lo vemos cuando una compañía toma el abordaje de la Economía Circular en su Estrategia de Negocio, lo cual le lleva a buscar rediseñar procesos y productos; analizar el ciclo de vida de sus materiales; optimizar la logística para lograr una menor huella de carbono; y contar con nuevos mecanismos de recolección de sus productos para la reutilización y disposición final. 

En casos como este, la Transformación Digital se vuelve un aliado indispensable, para poder implementar sistemas de trazabilidad de las piezas, cuantificar ciertos indicadores clave y luego poder generar reportes automatizados para la mejora continua. 

Porque no se trata únicamente de medir todo y obtener grandes volúmenes de datos: se trata de usar la tecnología para que genere datos que nos permitan mejorar y optimizar los procesos y productos. De este modo, estaremos en capacidad de generar un círculo virtuoso entre Sostenibilidad – Innovación – Transformación Digital. 

Empresas como IKEA, han explorado este tridente estratégico para potenciar su estrategia de Circularidad, y poder a la vez, ofrecer soluciones de consumo más sostenibles para sus clientes. De este modo, gracias al análisis de datos sobre los productos más adquiridos en sus tiendas, supieron exactamente por qué tipo de línea de negocio iniciar un programa de recuperación de materiales que dieran vida a nuevos productos, minimizando así la extracción de madera, el uso energético y las emisiones de CO2 por transporte. 

También lo vemos en el sector agrícola, uno de los más dinámicos en este tiempo en la creación de agtech (startups para el agribusiness), que permiten a miles de productores poder contar con mejor información de sus suelos y cultivos y agregar valor final a sus productos finales. 

La Transformación Digital está creando diversas oportunidades en todos los sectores de actividad. Ya no se trata de “un grupito de innovadores” haciendo cosas por internet como en el año 2000. Ahora el desafío es hacerlo con las personas adentro, y pensando en las personas que van a terminar siendo los usuarios finales. Lo demás, será sólo una cuestión de velocidad.







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