Por Stakeholders

Lectura de:

Karen Puerta,
Team Leader de KP Consultores

El título del presente artículo suena irreal. En medio de las crisis conocidas a diferentes niveles, parece imposible que se puedan identificar oportunidades. Sin embargo, las bodegas de barrio, quioscos de la esquina y puestos de mercado, siempre resilientes; pueden responder de manera activa, a la presente coyuntura. Compartiremos en la presente nota, las consideraciones que hacen de este canal comercial uno de los que tiene mayores oportunidades de adaptarse al comportamiento comercial del consumidor. 

Los clientes compran con un menor ticket de compra y el canal tradicional está preparado para esto. Recibir a clientes que disminuyen considerablemente el dinero que tienen reservado para las compras, pues les ofrecen las marcas en presentaciones pequeñas. El ticket también tiene relación con la disminución de la canasta básica familiar, disminuyendo el dinero promedio diario para asegurar la alimentación de una familia. ¿Dónde podría una familiar adquirir las compras totales para satisfacer la alimentación familiar diaria? Muy probablemente en su bodega de barrio. 

Los clientes compran menos, pero visitan más la tienda. Los ingresos familiares volátiles suponen mayores visitas a las bodegas cercanas al domicilio en cuanto se encuentra un pequeño margen adicional de liquidez. Esto supone que, aunque los tickets de compra sean pequeños, los volúmenes de venta pueden ser iguales o aumentar. Una bodega siempre está lista para atender a más clientes y de manera personalizada. Si se tienen más veces a los clientes en la tienda, las oportunidades de consumo deben ser mucho más visibles a través de una reorganización física y layout de la tienda siempre potente y con productos en stock. 

La cercanía geográfica sigue siendo un punto a favor de las bodegas de barrio porque elimina los gastos de transporte, pero esto no es suficiente. Una razón por la cual, el canal tradicional sigue presente en los espacios locales de consumo es por su cercanía a los clientes. Se prefiere invertir en las compras más que en el transporte. No obstante, la cercanía no es suficiente, pues la penetración física del canal moderno está penetrando el mercado con mucha fuerza. ¿Cuál será el diferencial? La diversidad en el catálogo: presentando orígenes, precios y calidades diferentes en los productos. A más mix de productos con precios asequibles, de alta, media y baja rotación, mayores oportunidades de venta para las bodegas. 

El canal tradicional ha profundizado su transformación digital debido a su marca reputacional y confiabilidad. La marca reputacional del bodeguero o tendero es un punto a favor en las transacciones digitales, fidelizando a clientes poco familiarizados con estas herramientas debido al hecho fáctico de tener al bodeguero de la esquina, como responsable de estas transacciones. Este puente, además ha permitido el aumento de adultos mayores en las transacciones digitales, por la garantía que le da a este cliente, que su casero de la tienda de su barrio, le ayude a acceder a los beneficios de la banca por internet. A eso se suma, que la mayoría de las bodegas ha iniciado una transformación, penetrando en el mercado de otros canales comerciales, gracias a la digitalidad, con mucha facilidad, enfrentando su competencia desde las modalidades de pago. 

Nos corresponde aprender del canal tradicional y convertirnos en aliados de valor, potenciando nuestras plataformas de pedido, mejorando nuestra red de distribución, llegando de manera funcional con un mercaderismo a medida, abriendo oportunidades a través de la educación financiera para la profesionalización de estos negocios y mejorando, a la larga, la relación con un aliado puente hacia el consumidor final.







Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.