Por Stakeholders

Lectura de:

José Arrieta
Miembro del Grupo Principal de Niñez y
Juventud ante PNUMA

Los últimos informes del grupo de expertos de la ONU son muy preocupantes. Hay una necesidad de aplicar urgentes acciones para evitar los peores escenarios del cambio climático. Estamos viviendo tiempos muy difíciles. La toma de buenas decisiones sobre cómo enfrentar el cambio climático son un desafío generacional de vida o muerte para la conservación de la biodiversidad de nuestro planeta y supervivencia humana. 

Las consecuencias del cambio climático nos acercan a una catástrofe mundial que afectará a la biodiversidad de nuestro planeta. Una reciente investigación publicada en la revista Biological Reviews, a cargo de biólogos de la Universidad de Hawái en Mānoa y del Museo Nacional de Historia Natural de París, indican que está en camino una sexta extinción masiva y que las actividades humanas son las culpables de esa catástrofe. Estas actividades humanas están comprendidas en las acciones que generan la contaminación, el cambio climático, destrucción de distintos hábitats, la sobreexplotación de ciertas especies. 

América Latina registra la mayor pérdida de biodiversidad del mundo desde 1970. Es muy triste esa situación porque América Latina es una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), alrededor del 60% de vida terrestre mundial, y diversas especies marinas y de agua dulce se encuentran en América Latina y el Caribe. La región latinoamericana registra una pérdida del 94% de la biodiversidad basado en un estudio de 21 mil especies realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés). Las poblaciones monitoreadas globalmente de mamíferos, peces, aves, reptiles y anfibios han disminuido en 68% en promedio. 

Roberto Troya, director regional de WWF para América Latina y el Caribe, menciona que “la conclusión es clara: la naturaleza está siendo transformada y destruida a una velocidad sin precedentes en la historia, con un costo muy alto para el bienestar del planeta y de la humanidad. La pérdida de biodiversidad es un auténtico reto para la economía, el desarrollo y la seguridad global”. 

La crisis climática y la pérdida de biodiversidad debemos abordarlo en conjunto. Debido a que ambos problemas están estrechamente relacionados además con la aparición de nuevas pandemias. La directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, afirma que la pandemia del coronavirus es una prueba más de la peligrosa relación entre los virus y actividades humanas hacia el medio ambiente. Los virus del SARS, ébola o el VIH han saltado de los animales a los humanos después de la destrucción de bosques tropicales y selvas. 

La pérdida de biodiversidad es también una grave amenaza para la seguridad alimentaria. Hoy en día, más de 690 millones de personas en el mundo pasan hambruna por diversas causas. Entre estas causas se encuentra el Cambio Climático. Expertos mencionan que 600 millones de personas más podrían pasar hambre en el año 2080 debido al cambio climático, si no se actúa. La primera hambruna del cambio climático se ha desatado en Madagascar. 1,3 millones de malgaches sufren en distintos grados por la grave carencia de alimentos. En Madagascar, las sequías consecutivas, la deforestación junto con la actual pandemia han impedido al país cultivar y recoger cosechas. 

Ese tipo de escenarios de pérdida de biodiversidad, hambrunas, sequías, olas de calor más intensas, posibles nuevas pandemias que se producirán en los siguientes años, afectará incluso a América Latina. Sería bueno que reflexionemos y nos preguntemos si estamos preparados como país para un escenario similar.







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