Por Stakeholders
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Para los involucrados en la comunicación de la sostenibilidad, no es novedad que los riesgos vinculados con el greenwashing, la práctica de exagerar o tergiversar afirmaciones ambientales sobre un producto o servicio, generan altos costos económicos y de reputación para las marcas, según Sustainable Brands (SB).
Por otro lado, los esfuerzos actuales han dejado en evidencia que promover la sostenibilidad genuina y las prácticas empresariales responsables requiere de un esfuerzo colectivo para exponer y frenar el greenwashing, promoviendo la transparencia y la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en función con las afirmaciones ambientales.
En medio de estas complejidades, la tecnología de inteligencia artificial (IA) surge como una herramienta que contribuye a desenmascarar esta problemática que vulnera los esfuerzos regulatorios, mina la confianza de los stakeholders e impide el progreso hacia prácticas empresariales sostenibles.
La IA se está utilizando para resolver una variedad de desafíos. Está revolucionando la atención médica al mejorar la precisión del diagnóstico y la efectividad del tratamiento: el Watson de IBM para Oncología es un gran ejemplo de cómo la IA puede analizar los datos de los pacientes para sugerir opciones de tratamiento personalizadas para pacientes con cáncer.
En las ciudades, la IA está ayudando a las autoridades locales a ser más inteligentes y eficientes, con urbanistas utilizando simulaciones de IA para abarcar problemas de tráfico y mejorar la calidad del aire.
Pero, ¿puede la IA también ser una solución para eliminar el greenwash en la comunicación de la sostenibilidad? Greenifs ha desarrollado una solución que espera permitir a las empresas evitar los errores comunes vinculados con el greenwash, utilizando la versatilidad de la tecnología de inteligencia artificial para transformar las comunicaciones basadas en los tres ámbitos de la sostenibilidad: ambiental, social y de gobernanza.
A través de su plataforma Greenifs, los usuarios pueden copiar y pegar contenido escrito en un formulario (actualmente limitado a la longitud de un mensaje en redes sociales) y hacer que los robots lo analicen en busca de mensajes engañosos y carentes de fundamento.
Una vez que la información es capturada, la plataforma crea en cuestión de segundos un análisis completamente automatizado del contenido, resaltando dónde la redacción podría haber caído en el territorio del greenwashing. Finalmente, brinda una serie de recomendaciones sobre dónde el usuario podría necesitar agregar más información, proporcionar evidencia y/o ser más claro en lo que se está diciendo.
