María Luisa Serra, directora de Comunicaciones de la Fundación Romero, detalla a continuación las acciones que han ejecutado desde la fundación en el contexto de la emergencia nacional a causa de las fuertes lluvias en el Perú. Señala el accionar rápido que se tuvo en regiones vulnerables como Piura, Trujillo y Lima, en articulación también con otros actores.
Por Renzo Rojas
rrojas@stakeholders.com.pe
¿De qué manera actuó Fundación Romero ante la emergencia que han significado las lluvias en diversas partes del país?
Desde Fundación Romero nos hemos activado en cuanto se dio la emergencia. Fue muy importante para nosotros hacerlo así. De manera inmediata y cubrir la emergencia de forma temprana para poder llegar a las poblaciones más vulnerables afectadas por las lluvias en Trujillo, Piura y también en Lima.
¿En qué ha consistido esta ayuda en las regiones mencionadas?
Más de una semana venimos entregando donaciones de alimentos que son víveres básicos no perecibles: agua, bidones de siete litros para cada familia; plásticos para proteger viviendas de adobe; palas y picos con el fin de remover el lodo; o sacos para fortalecer las defensas de las viviendas y evitar que se inunden. Ha sido una ayuda muy estratégica, bien puntual, de acuerdo a la emergencia, a la necesidad inmediata.
¿Con qué tipo de aliados han contado para llegar a la mayor población posible?
Lo hemos realizado de la mano de más de 150 voluntarios que son estudiantes de diferentes universidades, sobre todo nacionales del Perú. En Trujillo, Piura y Lima. Ellos han trabajado con nosotros en la distribución y otras actividades en relación. Por ejemplo, en un caserío de Tambogrande (Piura) que se encuentra bastante alejado.
Ha sido crucial poder llegar a zonas muy alejadas… En Tambogrande han estado aislados por las lluvias y acudimos con donaciones para más de 100 familias. También estuvimos en Canchaque que es una localidad piurana. Aquí el huaico sorprendió a las personas casi a medianoche. Hubo más de 30 casas muy afectadas, dos fallecidos y el acceso era casi imposible, solo por vía aérea.
Cuando disminuyeron los niveles de agua en la quebrada, accedimos y logramos llevar ayuda. Es un lugar de la sierra de Piura muy reconocido turísticamente por el café y sus paisajes. Encontramos un panorama muy desolador.
¿En qué otros lugares de la región Piura también estuvieron?
En Chulucanas existen unos caseríos que no son fáciles de registrar y, por tanto, no son identificados rápidamente. No obstante, al llegar eres testigo de toda la necesidad presente y que ha sido continua. Esto es permanente y además se ve agudizado por las lluvias. Es lo más duro que se puede ver aquí.
Si se pudiera rescatar algo, ¿qué sería de todo este escenario complejo?
Rescato en medio de todo este panorama la solidaridad, la cual observé en Canchaque, por ejemplo. No se despliega solo a través de fundaciones como la nuestra, de acciones como la de los voluntarios, sino también mediante la solidaridad del mismo pueblo entre sus integrantes. Me conmovió observar cómo se dan la mano, consuelan, fortalecen y apoyan para salir adelante. Es un tema positivo que se puede rescatar en toda la emergencia.
¿En otras ocasiones también Fundación Romero se ha sumado a apoyar en distintas emergencias?
Tenemos diferentes ejes de acción. Nuestro eje principal es la educación para el emprendimiento. Sin embargo, durante las emergencias nos activamos de manera inmediata. Lo hicimos también durante el Covid-19. Trajimos ayuda a Piura que es el lugar en donde nace el Grupo Romero. Durante la pandemia, brindamos equipos de protección a los diferentes centros de salud del país en alianza con Respira Perú. También respiradores artificiales, mascarillas vía diarios nacionales o locales de las diferentes regiones, así como becas.
Tuvimos un trabajo muy intenso durante la pandemia. Ahora, en esta emergencia, nos volvimos a activar rápidamente. Destaco eso. Lo importante de una emergencia es poder actuar rápido. Puedo señalar con satisfacción que desde Fundación Romero hemos logrado tener un nivel de respuesta inmediata. Llegar rápido era lo importante.
¿Qué importante es que más organizaciones se sumen en todo estepanorama?
Todos vamos sumando en momentos distintos. Hemos respondido de manera inmediata, pero tratamos de hacerlo también de la mano con alcaldes, autoridades u otros grupos que nos puedan brindar información; por ejemplo, en Tambogrande, en donde una red de padres jesuitas tenía identificada toda la zona. Hemos considerado diferentes alianzas que nos permiten tomar en cuenta las zonas más afectadas y así poder llegar de manera inmediata.
Habrá organizaciones que se van sumando y cubriendo otro tipo de necesidades que no son urgentes o inmediatas, aunque sí que existen: prendas de vestir, abrigos, colchones, etc. Nosotros lo hacemos en vista de la emergencia temprana. Ha sido parte de nuestra prioridad.
¿Fue muy complicado el desplazamiento por las zonas afectadas?
Cuando pudimos acceder a un puente aéreo lo hicimos; cuando no, tratamos de llegar vía terrestre. En todo momento era importante no tener la carga varada, sino trasladarla lo más rápido posible a las comunidades que la necesitaban.
Son más de 4 000 familias a las que hemos atendido en esta emergencia a la fecha. Más de 30 toneladas de ayuda entre estas tres regiones. Una red de más de 150 voluntarios. Mucho compromiso con las familias, ganas de ayudar y llevarles un granito de arena que pueda ayudar a minimizar el impacto de las lluvias.