Por Stakeholders
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Los árboles cumplen un rol clave para el cuidado del medio ambiente, ya que absorben dióxido de carbono y devuelven oxígeno al entorno y reducen la huella de carbono. Por ello, científicos de la Universidad de Belgrado, en Serbia, han creado el llamado “árbol líquido”, el cual captura el dióxido de carbono de manera eficiente y limpia el aire urbano.
Este innovador invento reemplaza a los árboles reales, ya que en zonas muy urbanizada no hay espacio físico para plantarlos. Su forma, similar a una pecera, necesita ser colocada sobre hormigón para que actúen.
¿Cómo funcionan los árboles líquidos de Serbia?
El árbol líquido absorbe dióxido de carbono y mejora la calidad del aire. Contiene 600 litros de agua y en ella hay una buena concentración de microalgas. Lo novedoso de las microalgas es que son entre 10 y 15 veces más eficientes que los árboles naturales a la hora de absorber dióxido de carbono.
Estos árboles, nombrados LIQUID3 no pretenden sustituir los bosques o poner a un lado la reforestación. El objetivo es instalarlos en lugares estratégicos de la ciudad donde plantar árboles es complicado.
El tanque de agua tiene algas de agua dulce unicelulares. Son las mismas que existen en estanques y lagos en Serbia y pueden crecer en el agua que sale del grifo, además son resistentes a temperaturas altas y bajas.
El sistema no requiere un mantenimiento especial. Basta con eliminar la biomasa creada al dividir las algas, que puede usarse como un potencial fertilizante. Luego de un mes y medio, se vierte agua nueva y minerales, y las algas siguen creciendo indefinidamente.
Cabe resaltar que LIQUID3 también es un banco, tiene cargadores para teléfonos móviles, así como un panel solar, gracias al cual el banco tiene iluminación durante la noche.
La capital serbia es una de las ciudades más contaminadas del país debido a la presencia de dos centrales térmicas. El país se sitúa en el número 28 del mundo en la lista de los más contaminados, según la OMS (Organización Mundial de la Salud). Además, Serbia fue considerado en el 2019 como el país de Europa con el mayor número de muertes vinculadas con aire contaminado.
