Por Stakeholders
Lectura de:
Jaime Parada
Gerente General de Deuman
El Perú es uno de los 30 países con peor calidad del aire en el mundo, según IQAIR, donde el transporte aporta significativamente a dicha condición. En efecto, en el sector transporte, ya se han establecido medidas e iniciado programas para la descarbonización y disminución del material particulado respirable, promoviendo tecnologías de baja emisión. Con estas medidas, se hace explicito el compromiso de Perú, en las contribuciones nacionalmente determinadas (NDC), en respuesta al llamado mundial en la carrera al carbono neutralidad.
La movilidad eléctrica presenta una serie de beneficios económicos, ambientales y sociales gracias a la generación de ahorros, reducción del ruido ambiental y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de gases contaminantes locales, siendo así una opción ampliamente aceptada y probada internacionalmente, pero aún con mucha resistencia en el Perú.
Según la Asociación Automotriz del Perú, en el 2021 se vendieron solo 38 vehículos 100% eléctricos y solo 26 en el 2020. Ciertamente, esto refleja un laxo interés del sector privado o la inexistencia de las condiciones habilitantes para el despliegue de una flota significativa en el país, marcando una clara diferencia con otros pares de la región.
Si bien se han logrado avances y realizado estudios prospectivos y evaluativos, además de estrategias de masificación de flotas eléctricas como de infraestructura de carga, se requiere concretar mayores adquisiciones de unidades eléctricas. Ya sea por brechas de financiamiento o de una red nacional de puntos de carga, entre otras condiciones; lo cierto es que el progreso aún no es evidente.
En DEUMAN, buscamos ser un agente facilitador e intermediario, para concretar y masificar estas iniciativas. Hoy realizamos dos esfuerzos importantes: el primero, un proyecto de pilotos de mototaxis eléctricas en el que buscamos sumar municipalidades y empresas de transporte de última milla. El segundo, a lanzarse en Julio del 2022, es la réplica del programa “Aceleradora de electromovilidad” de la Agencia de Sostenibilidad Energética (ASE) de Chile, la cual apoyamos en diferentes ediciones, y confiamos que, mediante la incorporación de aliados estratégicos clave como empresas privadas y entidades de gobierno, será la herramienta para promover la electromovilidad en Perú.
En Chile, durante el 2021 se vendieron 556 vehículos entre híbridos y eléctricos, según cifras de la Asociación Nacional Automotriz (ANAC), sumando un volumen importante de unidades bajas en emisiones para el país y una clara tendencia a la descarbonización del transporte en las flotas privadas.
Es así, que la ASE, apoyada por el Ministerio de Energía Chileno lanzó en el 2019 la primera versión de la Aceleradora de Electromovilidad, una incubadora de innovación y desarrollo para acelerar la incorporación de tecnologías o estrategias de transición en los sistemas de movilidad.
La iniciativa logró resultados importantes en servicios públicos y empresas que operan vehículos de uso intensivo y/o operaciones adyacentes. Se sumaron un total de 30 empresas a lo largo de las 4 versiones de la aceleradora, donde varias de estas organizaciones vienen ejecutando proyectos piloto o evaluando adquisiciones de flota buscando así dar un paso concreto para disminuir costos, reducir emisiones, aumentar la productividad y entregar mejores servicios a la ciudadanía, además de los co-beneficios reputacionales, demostrando al país y toda Latinoamérica que este cambio es posible.
La ASE, como entidad gubernamental, ha cumplido un rol clave como facilitador de la colaboración entre sector público y privado para esta transición; un esfuerzo que ha logrado ser replicado a través de la incorporación de infraestructura de carga en el sector inmobiliario, y con potencial de escalamiento como modelo probado de éxito para alentar la acción del sector privado en la región.
