Luz Fernández
Oficial de Coordinación,
Economista Oficina del
Coordinador Residente del
Sistema de Naciones Unidas, Perú
En septiembre de 2015, los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas adoptaron la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como hoja de ruta para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030.
A menos de 8 años para llegar al plazo establecido, todavía es posible cumplir con los ODS, pero necesitamos acelerar los progresos y recuperar el rumbo, ya que la pandemia ha tenido un efecto demoledor sobre los avances conseguidos en los años anteriores. Por ejemplo, en el Perú, la tasa de pobreza monetaria en 2020 creció casi 10% respecto al año anterior (alcanzándose el 30.1%) lo cual supuso un retroceso de casi 10 años para el ODS.
En este contexto, la gran pregunta de muchas personas es ¿y qué puedo hacer yo para contribuir a que se cumplan los ODS? Y la verdad es que aunque hay muchas acciones que los individuos pueden llevar a cabo, las más poderosas tienen que ver con su rol como consumidores.
Si lo pensamos bien, no paramos de tomar decisiones de consumo desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos vamos a dormir. Elegimos la cantidad de agua que utilizamos al ducharnos y también el café que desayunamos, que puede ser de origen orgánico y tener alguna certificación que garantice su origen justo, o no. Elegimos el medio de transporte con el que nos movemos. Y también elegimos si el papel con el que tomamos notas en el colegio o en nuestras reuniones está, o no, reciclado. Elegimos si almorzamos carne o pescado. Y elegimos si las verduras que compramos son de nuestro país o importadas. Elegimos si cambiamos nuestros teléfonos cada vez que sale un modelo nuevo. Y también elegimos la cantidad de ropa que tenemos y dónde la compramos.
Cada una de estas decisiones tiene un impacto sobre los ODS. De hecho, el consumo es tan poderoso que hasta tiene un ODS específico, el ODS 12 sobre producción y consumo responsables. Lo que nos dice este ODS es que para lograr crecimiento económico y desarrollo sostenible, es necesario un cambio y es urgente reducir la huella ecológica mediante un cambio en los métodos de producción y consumo de bienes y recursos.
¿Y por qué se habla de un cambio? Porque las cosas, como las estamos haciendo hasta ahora, no están funcionando. Según el Análisis Común del Sistema de Naciones Unidas en el Perú, el 33% de la producción anual de alimentos en el Perú es desaprovechado, lo que suma más de 9 millones de toneladas de comida. Estando en un país en el que, en 2020, aproximadamente 4.5 millones de personas padecían inseguridad alimentaria severa en el país, ¿no es obvio que algo tenemos que cambiar?
Por otro lado, la tasa de reciclaje formal en el Perú es de menos del 3.5%. Esto significa que el país está perdiendo una gran oportunidad de negocio, ya que los materiales reciclables suponen un mercado en continuo crecimiento a nivel mundial. Aquí también tenemos un rol importante que jugar como consumidores. En primer lugar, podemos priorizar en nuestras compras todos aquellos productos que utilicen materiales reciclables. Y, además, podemos buscar la manera de garantizar que una vez los productos que compramos llegan al final de su vida útil, sean adecuadamente dispuestas para que puedan entrar en la cadena formal del reciclaje.
Aprovechemos el poder que tenemos como consumidores. Desde Naciones Unidas tenemos el firme compromiso de apoyarles en este apasionante camino de consumir mejor para vivir mejor, ¡sin dejar a nadie atrás!