Por Reinaldo Serra - Gerente corporativo de asuntos públicos del Grupo Gloria

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Los beneficios ambientales, económicos y sociales que ofrece la economía circular la convierten en un sistema virtuoso, lleno de oportunidades para las empresas —especialmente para la industria— cuando se incorpora como estrategia de desarrollo, crecimiento y expansión. En el ámbito industrial, su implementación no solo responde a una necesidad ambiental urgente, sino que también representa una oportunidad significativa para mejorar la eficiencia operativa, reducir costos y fortalecer la competitividad.

Cuando estos principios se trasladan a una corporación capaz de integrar empresas de distintos sectores —como manufactura, logística, servicios, energía, alimentos o construcción—, las posibilidades de cerrar ciclos de materiales, energía y conocimiento aumentan exponencialmente. La cooperación interna entre empresas del mismo grupo puede dar lugar a una economía circular a escala corporativa, generando valor económico, ambiental y estratégico.

Desde la perspectiva de la generación de valor, reducir el consumo de recursos, disminuir la generación de residuos, fomentar la innovación y crear empleo son logros altamente valorados en términos de gestión y eficiencia. Estas oportunidades son inmejorables para reinvertir y diversificar, aspectos clave en los procesos de crecimiento y expansión.

«Su implementación no solo responde a una necesidad ambiental urgente, sino que también representa una oportunidad significativa para mejorar la eficiencia operativa».

Este es precisamente el caso del Grupo Gloria, un conglomerado empresarial con cuatro divisiones de negocio: alimentos, agroindustria, materiales para la construcción, empaques; entre otros. Su articulación estratégica ha permitido desarrollar modelos de negocio altamente eficientes, con resultados alentadores en materia de sostenibilidad, uno de los pilares que rigen al Grupo.

Un ejemplo concreto: la actividad agroindustrial genera bagazo, un residuo que antes se quemaba, práctica contaminante y perjudicial. Hoy, este subproducto se convierte en un insumo valioso para la fabricación de cajas y envases, lo que reduce los costos de producción, elimina la tala de árboles de bosques vírgenes y genera valor para las empresas.

La innovación sostenible ha sido —y continúa siendo— la estrategia de crecimiento del Grupo. Un ejemplo emblemático es el tradicional envase de lata, que por sus características es ideal para resistir los caminos y microclimas del país. Este envase permite conservar la leche por nueve meses sin refrigeración, manteniendo sus cualidades nutricionales y llegando a hogares en costa, sierra y selva. Además, es degradable, magnético, reciclable y con capacidad indefinida de reúso, siendo el primer producto en el país con el sello infinito.

Apostar por la economía circular es apostar por el presente: no solo proyecta soluciones hacia el futuro, sino que ofrece oportunidades concretas aquí y ahora.







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