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Muy pocas veces se tiene la suerte de conocer lugares como Nashville, pero más aún plantas de reciclaje como la que tiene HP en esta localidad. En ella varios de sus productos como los cartuchos de tinta y tóner, que culminaron su vida útil, encuentran una segunda oportunidad para su uso.

POR JAVIER ARCE
jarce@stakeholders.com.pe

Nashville es una ciudad apacible ubicada en el este de los Estados Unidos. Cuando decidí ir a esta bella urbe por invitación de HP, para conocer su planta de reciclaje, sabía de antemano que me encontraría ante espacios modernos y novedosos para quienes venimos de un país como Perú, donde recién estamos dando los primeros pasos en lo referido a la Economía Circular. Fueron tres días en el que pude conocer la magnitud del trabajo en el que se embarca HP para lograr ser sostenible con el medioambiente.

Muchas veces pensamos que algunas acciones, aquellas que no están relacionadas directamente con el medioambiente, no contribuyen a promover un mundo sostenible, pero la verdad es que la sostenibilidad es todo. Quizás para muchos ser responsables con el reciclaje de cartuchos de tinta y tóner no influye considerablemente al cuidado de nuestro ecosistema, sin embargo, y como dato importante, podemos destacar que durante el 2018 HP usó más de 107 mil toneladas de plástico reciclado, en los más de 4, 200 millones de cartuchos de tinta y tóner que fabricaron a través de su programa HP Planet Partners. Enterarme de este tipo de información en esta grata travesía fue interesante, pero a la vez reconfortante porque visibiliza la preocupación que tienen las empresas como HP por la producción responsable y el impacto sostenible.

Previamente ya conocía el trabajo que viene realizando la empresa. Ahora bien en este viaje, lo que había visto en los videos de internet sobre el reciclaje de cartuchos, tomó otra dimensión; es decir, de cerca el episodio es otra cosa y uno puede darse cuenta de la verdadera envergadura de esta tarea. En una inmensa planta, hombres debidamente equipados, concentrados y dedicados a la separación de cada pieza, parecen ser parte de un ritual muy diligente. No obstante, el primer punto de este eslabón se da con la recolección de los cartuchos; por ejemplo, en Perú a través de containers que tienen por destino final Nashville. Llegado a esta ciudad, conocida también  como la “Ciudad de la Música” por su relevante industria discográfica, todo el material pasa por una selección a cargo de los técnicos que retiran el empaque y lo que no sirve.

La última tecnología también participa y lo hace a través de robots que intervienen con precisión milimétrica en la separación de elementos metálicos que componen los cartuchos. Mientras iba observando cada detalle de este proceso, era inevitable no pensar en la fuerte inversión que necesita la industria del reciclaje. Y es también ineludible, porque HP trae desde Haití, uno de los países más pobres de América Latina, botellas de plásticos de vertederos que se usan en la fabricación de cartuchos. Diariamente, un millón de estas botellas son usadas para este fin.

Por otro lado, el compromiso de Hewlett Packard  con la sostenibilidad va más allá de su trabajo con los cartuchos, y la empresa lo demostró con el lanzamiento de los nuevos empaques que contienen las impresoras de la marca, si bien antes usaban tecnopor en estas, ahora usarán cartón reciclado. En este propósito, una de las abanderadas es la impresora HP Tango Terra, la cual está fabricada con un 30 % de plástico reciclado y es entregada libre de plástico en su empaque. En sí, en HP invierten mucho en tecnología e innovación para brindar en toda su gama, productos comprometidos con la sostenibilidad.

La visita, que duró casi toda una tarde, fue complementada con charlas que ofrecieron sus distintos representantes para demostrar los resultados y las expectativas de HP con el desarrollo sostenible en sus actividades. No fui el único testigo, colegas de países como Chile, Colombia y México compartieron conmigo el entusiasmo que conlleva conocer todo el impresionante complejo. El resultado de toda la experiencia dejó huella. De regreso a Lima, ese inevitable pensamiento volvió y cavilé sobre que en el Perú también existen plantas de reciclaje, pero reflexioné más en que es necesario seguir juntando esfuerzos para implementarlas y optimizarlas. En un mundo donde el cambio climático viene causando estragos, estas acciones suman para poco a poco menguar el daño a lo largo del planeta y hay que valorarlas. Realmente estar ahí fue algo totalmente distinto.

 







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