La pesca ilegal desencadena una crisis ambiental en la emblemática Reserva Nacional de Paracas. Informes revelan un descontrol que amenaza la biodiversidad marina, con más de medio millón de toneladas de anchoveta saqueadas entre 2016 y 2023. La lucha entre las pesqueras y el Sernanp por la derogación de las regulaciones aumenta la tensión, mientras la necesidad de proteger este santuario marino se vuelve urgente.

La pesca es una de las actividades más importantes para el desarrollo económico de un país. Foto: Archivo

Por Stakeholders

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La pesca descontrolada está devastando la Reserva Nacional de Paracas, así lo reveló el semanario Hildebrandt en sus trece. Según informes del Ministerio de la Producción, entre 2016 y 2023, se extrajeron al menos medio millón de toneladas de anchoveta dentro de esta área protegida, desafiando abiertamente las regulaciones ambientales.

Las grandes pesqueras ahora buscan derogar las normativas que prohíben cualquier actividad industrial en Paracas. Argumentan que simplemente buscan «legalizar» una práctica depredadora que han llevado a cabo durante años.

Una investigación conjunta con Oceana, la ONG especializada en la protección de los mares, revela cifras alarmantes. Los barcos industriales han extraído ilegalmente 444,226 toneladas de anchoveta de la Bahía de Paracas, violando repetidamente las restricciones de la reserva. Esto representa un golpe devastador para la biodiversidad marina de una de las zonas más ricas en especies de la costa del Pacífico.

«Es obvio que durante ese periodo la flota industrial ha ingresado abiertamente a pescar en una zona en la que no estaban autorizados. Las autoridades brillaron por su ausencia», declara Juan Carlos Riveros, director científico de Oceana.

La pesca ilegal no solo afecta a la anchoveta, sino también a otras especies como el jurel y la cabrilla. Tecnológica de Alimentos (TASA) ha depredado 103,445 toneladas de anchoveta entre 2016 y 2020, incluso pescando juveniles en flagrante violación de las regulaciones.

El intento de las pesqueras de legalizar sus acciones desencadenó un enfrentamiento legal con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Este último se compromete a defender la reserva, argumentando que la pesca industrial desequilibraría gravemente el ecosistema y amenazaría la vida marina, incluidos los lobos marinos, principales atracciones turísticas de Paracas.

«La pesca industrial es la causante de los daños ecológicos más catastróficos en Paracas. Ahora quieren pescar con total descaro dentro de la reserva, lo que sería el principio del fin para la pesca artesanal y el turismo», advierte José Hernández Mundini, dirigente de pescadores artesanales.

La importancia de la bahía Paracas

El futuro de Paracas está en juego mientras el Poder Judicial decide el destino de la demanda de la Sociedad Nacional de Pesquería. En medio de esta batalla legal, la necesidad de proteger la biodiversidad marina se vuelve cada vez más urgente. 

“Paracas es superimportante en la biodiversidad del país. Es uno de los puntos más ricos de afloramiento del mar peruano, con mucha actividad fotosintética, con aguas frías típicas de la comente de Humboldt. Es una zona de paseo de las ballenas y otros animales migratorios. Pescar en la reserva es perturbar la cadena alimenticia, que comienza con la anchoveta”, explica Riveros.

Para Daniel Olivares, Vicepresidente de Oceana, hay espacios donde no se debe entrar ni intervenir. “El rol de la industria es importante, pero se necesita ese equilibrio, para que ambos puedan seguir pescando, no hay malos y buenos”, resaltó.







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