Por Stakeholders

Lectura de:

Por: Francesca Mayer
CEO Perú Green Building Council


Soy una fiel creyente que la clave para el éxito de la construcción sostenible es la colaboración entre el sector público y el privado. Para el estado, y las instituciones gubernamentales, la construcción sostenible sirve como una herramienta muy efectiva para desarrollar proyectos de responsabilidad social. Para entender mejor este concepto, es necesario entender que un desarrollo sostenible es aquel que no solo busca el beneficio ambiental, sino también el social y el económico. Lo llamamos la triple línea base, o las 3 “P” por sus siglas en inglés; “people”, “planet”, y “profit”. Un desarrollo que no busca el beneficio para estos 3 componentes por igual no puede ser llamado un desarrollo sostenible.

Las alianzas público-privado tienen 2 objetivos principales. El primero es la creación de políticas, normativas y regulaciones que sirvan como soporte para la inversión sostenible y la segunda es el desarrollo de proyectos bandera, que marquen un hito y sirvan como ejemplos a seguir para futuros proyectos. Analicemos 2 ejemplos puntuales.

Durante los últimos años, el Peru Green Building Council, conformado por más de 100 empresas del sector privado, ha trabajado de la mano con diversas municipalidades para la creación de normativas y ordenanzas que otorguen beneficios a proyectos sostenibles. La
Municipalidad de San Borja, por ejemplo, fue pionera en este tipo de iniciativas. En San Borja, una edificación puede postular a la bonificación de altura si cumple con ciertos requerimientos de construcción sostenible y una certificación con respaldo internacional, como la son las certificación LEED, EDGE, BREEAM, WELL, u otras. Muchos desarrolladores han sacado provecho de esta iniciativa y han empezado a desarrollar proyectos de alto nivel de sostenibilidad. El beneficio es para el medio ambiente, al tener un edificio sostenible, para la economía, al promover la inversión en el distrito, y finalmente para la sociedad, al proveer espacios de calidad, edificios más sanos, y que contagien el desarrollo urbanizado en la zona.

Por otro lado, tenemos los proyectos y organizaciones bandera. El Banco de la Nación fue el pionero en este ámbito, no solo decidió construir el edificio más grande del país. Logró ser el primer proyecto del Estado en obtener una certificación de construcción sostenible
internacional, la Certificación LEED. CONCYTEC, SUNAT, el Poder Judicial, y muchas otras organizaciones del estado se han sumado a la carrera y han optado por certificar de manera sostenible sus nuevas edificaciones. Incluyendo la nueva villa olímpica de los Juegos
Panamericanos 2019, la cual buscará ser el primer proyecto del estado en obtener la certificación EDGE. Lo que vemos acá es liderazgo por parte del estado, lo que genera competencia sana entre instituciones, ambos del sector público y del privado.

Como país, estamos aún un poco atrasados en temas de desarrollo sostenible y responsabilidad social ambiental. Sin irnos tan lejos, nuestro vecinos de Chile tienen más de 30 proyectos del estado en proceso de certificación LEED y Colombia cuenta ya con un código de construcción sostenible obligatorio para todas las nuevas edificaciones. Considero que estamos alineados pero aún nos falta empujar para llegar a nuestras metas y ser una nación comprometida con la promoción del desarrollo sostenible.







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