Por Stakeholders

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Hace 20 años, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad reconoció por primera vez el rol de la mujer como importante en la paz y seguridad global. Por este motivo, António Guterres, secretario general de la ONU, se reunió de manera virtual con cuatro mujeres activistas sociales para conmemorar esta fecha especial desde su estancia en la oficina de Nueva York.

Magda Zenon, de Chipre; Lina Ekomo, de la República Centroafricana; Nawal Hassan Osman, de Darfur; y Bintou Foune Samake, de Mali; compartieron momentos con la autoridad del organismo y reflexionaron en torno a la importancia del trabajo de la mujer, discurso que profundizó Guterres con motivo de la pandemia de COVID-19.  

“En la crisis del COVID-19, han sido las mujeres las que han tenido la confianza de comunidades divididas para difundir mensajes de salud pública de manera creíble. Sin embargo, son las mujeres las que están sitiadas, soportando cuidados y cargas económicas desproporcionadas y enfrentando una oleada alarmante de violencia en el hogar”, indicó.

Sobre el documento que cimentó políticamente la participación de la mujer como crucial en los conflictos, el secretario calificó a este como un hito, innovador en su momento y clave para que la ONU comience a promover el programa de mujeres, paz y seguridad.  

“Las asociaciones de nuestras operaciones con mujeres líderes y sus redes han demostrado ser fundamentales para generar confianza y ayudar a prevenir y resolver conflictos. Sin embargo, las mujeres siguen estando activamente marginadas una vez que esos procesos pasan a los niveles nacional e internacional”, recalcó.

No obstante, enfatizó en la discriminación que sufren muchas de ellas, a pesar de que en la actualidad no cabe duda de su aporte en diversas situaciones. Afirmó que acorde a información de hasta el 2018, las mujeres representan solo el 13% de los negociadores, el 3% de mediadores y el 4% de los signatarios en el mundo, los que son números muy bajos. 

“Las mujeres siguen teniendo que luchar para que se escuche su voz, a pesar de la gran cantidad de pruebas sobre la correlación entre la participación de la mujer y la sostenibilidad de la paz”, complementó. 

Por el contrario, la inclusión de ellas ha significado avances en circunstancias determinadas y Guterres evocó claros ejemplos. Mencionó que en la República Centroafricana las mujeres han jugado un papel fundamental al ser parte de las conversaciones de paz de Jartum, además de que una de ellas fue firmante el año pasado de un acuerdo. Agregó que esto fue resultado del trabajo constante y estratégico de organizaciones locales de mujeres, muestra de su lucha eficiente. 

Asimismo, narró que en Chipre ellas han sido parte de las negociaciones de paz entre 2015 y 2017. En Mali, féminas líderes de todos los espacios políticos son clave en el objetivo de conseguir soluciones pacíficas e inclusivas para su Nación. Justamente, Bintou Foune Samake ha sido designada recientemente titular del Ministerio de Asuntos de la Mujer, la Infancia y la Familia de ese país. 

“Hay muchos otros ejemplos. Sin embargo, somos muy conscientes de que el progreso sigue siendo lento debido a los reveses políticos, la falta de inversión en las organizaciones de mujeres y, enfrentémoslo, la mentalidad arraigada y el dominio de los hombres. Esto debe cambiar”, subrayó.







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