La pérdida vinculada con los niveles actuales de discriminación de género, en todo el mundo equivale al 16% del ingreso mundial de acuerdo con un estudio de la OCDE.

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Por Stakeholders

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La pérdida vinculada con los niveles actuales de discriminación de género, en todo el mundo, es de hasta 12 billones de dólares, lo que equivale al 16% del ingreso mundial, así lo reveló un estudio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). El documento señala que de superar esta barrera para el año 2030, la tasa de crecimiento anual de la renta mundial podría aumentar entre un 0,03% y un 0,6%.

Estos resultados reflejan que no es posible el progreso de una sociedad sin igualdad para todos, por ello, el propósito central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ONU) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ponen sobre la mesa la importancia de “no dejar a nadie atrás”. Hay una serie de objetivos, que en conjunto buscan promover el empleo productivo y el trabajo decente para todas las mujeres y los hombres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, así como la igualdad de remuneración por trabajo del mismo valor.

Pese a que los esfuerzos por promover la diversidad, la igualdad y la equidad en todos los ámbitos parecieran ser insuficientes, según la encuesta de la OIT sobre Diversidad e Inclusión 2021, el presupuesto que destinan las organizaciones a nivel global para la implementación de acciones relacionadas con la inclusión incrementó de 21,3 % en 2021 a 25,7 % en 2022 y a 44 % en 2023.

Para diversos expertos es fundamental contar con acciones concretas ya que implementar políticas y directrices por sí solas, no aportan los beneficios esperados, como, en términos de aumento de la productividad, fortalecimiento de la innovación y mejoramiento en la toma de decisiones.

Cabe resaltar que, desde hace más de 100 años, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) viene promoviendo el trabajo de mujeres y hombres bajo normas de dignidad, seguridad económica e igualdad de oportunidades para todos. Por ello, entidades públicas y privadas a nivel global están centrando sus esfuerzos para implementar prácticas inclusivas en los entornos laborales, sobre todo en materia de género, origen étnico, raza, discapacidad, orientación sexual e identidad de género.







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