Lima

Por Stakeholders

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En la sesión de “Voces de Lima y Callao” del CADE Ejecutivos Bicentenario, especialistas dialogaron sobre cómo enfrentarla informalidad en la capital y la apuesta por un gobierno edil con mayores competencias para la toma de decisiones

Uno de los principales retos que enfrentan las autoridades municipales es el ordenamiento territorial y la informalidad. Lima, especialmente por sus propias características, tiene una enorme tarea al respecto, la cual puede convertirse en una gran oportunidad teniendo en cuenta el proceso de recuperación económica.

Durante su participación en el CADE Ejecutivos 2021, Susana Saldaña, presidenta de la Asociación Empresarial Gamarra Perú, señaló que trabajar para reducir la informalidad es indispensable, dado que es el principal desafío en el contexto de reactivación económica, especialmente en espacios como el emporio comercial de Gamarra donde su presencia es cotidiana.

“La informalidad no estuvo en cuarentena. Esta se convierte muchas veces en la competencia desleal para el micro y pequeño empresario formal. Para aquel que paga sus impuestos, alquileres, que tiene cada día que lograr la licencia de funcionamiento, certificado de defensa civil, luchando con las normas y más”, indicó.

Vista desde una perspectiva integral, esta informalización proviene de una falta de planificación urbana. En el análisis de Aldo Facho, arquitecto urbanista asociado a FD Arquitectos, abordar la problemática requiere que las autoridades competentes en Lima sean los responsables de gestionar a la ciudad. Sin embargo, poseen muy pocos recursos y limitada gerencia


“Cuando hay un problema todos miramos al alcalde y la municipalidad. Pero en realidad va a ser muy difícil que esa autoridad o institución pueda resolver los problemas. (…) Gran parte de los problemas que hemos visto tienen relación con la informalidad. Esta no aparece sola, es el reflejo de lo que somos nosotros. Aparece como una reacción o una oportunidad, obviamente ilegal, cuando lo formal no funciona y no opera”, sostuvo.

En su consideración, tanto el poder Ejecutivo como el Legislativo no vienen contribuyendo a la solución de la situación. Los proyectos u obras que provienen desde estas instancias responden a otros intereses que, por el contrario, no suman en el propósito de resolver problemas estructurales como es la informalidad en la capital.“

«¿Cuál es la solución? Tenemos que jugarnos por una metrópoli fuerte, un gobierno metropolitano fuerte, con autonomía, recursos y evidentemente capacidad de gobernanza. (…) Tenemos que hacer que Lima lidere empresas como Sedapal, Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), entre otras instituciones, que hoy intervienen, planifican y actúan en la ciudad al margen muchas veces del liderazgo de la metrópoli”, explica.

Lograr una metrópoli sostenible

Por otro lado, Georgette Montalván, gerente central de Finanzas del Grupo Centenario, dijo en su intervención que son diferentes los planes que buscan hacer de Lima y Callao una metrópoli sostenible. Hizo hincapié que en el Plan de Desarrollo Metropolitano al 2040, más allá del planteamiento, es esencial que exista claridad acerca de la ejecución, responsabilidad y priorización, puntos que al fin al cabo deben ser perdurables a lo largo del tiempo, independientemente del gobierno de turno.

“Otra iniciativa que quería resaltar es la ley de desarrollo urbano sostenible. Si bien aún no ha sido reglamentado, creo que tiene varias oportunidades de ajuste. Hay que resaltar que esta ley lo que solicita es que todos los municipios a nivel nacional definan un plan de desarrollo urbano y que esto, en la medida que lo tengamos, va a permitir una planificación de mediano plazo que fomente el crecimiento ordenado y no informal de las ciudades”, manifestó.







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