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Por Chriss Ríos

Una gran parte de la diversa riqueza de nuestro país radica en su valioso patrimonio natural, el cual tiene entre sus máximas representantes a dos joyas preciadas de la humanidad. Quizás una de ellas mucho más cuidada y valorada que la otra, pero ambas igual de importantes. Su preservación debe encontrarse en la lista de prioridades del gobierno, pero lastimosamente la situación real no siempre es la esperada.

El Parque Nacional Huascarán no solo es la cadena montañosa nevada más grande de la región, sino también un patrimonio natural de la humanidad que lamentablemente se encuentra en una situación de grave riesgo. El principal enemigo al que se enfrenta es el cambio climático, el cual le está provocando deshielos de magnitudes considerables.

Desde 1970 a la actualidad, la cobertura de hielo ha disminuido en un 27%. Para ser más exactos, de 722 km a 525 km. La consecuencia directa de este hecho es la destrucción de los hogares de poco más de 100 especies animales; tales como el gato andino, el oso de anteojos, la perdiz de puna o el legendario cóndor andino.

La población local también se ha visto seriamente afectada, puesto que este nevado provee de agua a más de un millón de personas en el Callejón de Huaylas, alimentando a su vez a la hidroeléctrica Cañón del Pato, que abastece de energía eléctrica a zonas de la Costa y Sierra del país. Leonidas Suasnabar, Especialista en Recursos Naturales de la ONG Pro Naturaleza, cuenta que pese a que este parque ha sido declarado en estado de emergencia, el Estado no lo ha atendido eficientemente. Además, manifestó que hay muchos más problemas por los que atraviesa nuestro patrimonio.

“El territorio es bastante amplio y los puestos de control existentes no se dan abasto, no hay suficientes guardaparques para la gran cantidad de gente que visita el lugar”, enfatizó Suasnabar, para luego agregar que la falta de cuidado y consciencia ecológica por parte de los pobladores para con su entorno también representa un factor clave en este asunto. “Debido al boom comercial generado por el turismo en esta zona, la gente ha dejado totalmente de lado el cuidado por el parque y ha priorizado lo lucrativo.

Hace falta diseñar y establecer un plan de sostenibilidad del área, concientizar a las personas para que contribuyan con la preservación del Huascarán, educar sobre la base de armonía y respeto por la naturaleza. Es eso lo que se le pide al gobierno entrante, ya que el que sale demostró una total falta de interés al respecto”, declaró el vocero de Pro Naturaleza.

No obstante, el problema ahora es mayor porque ha aumentado la burocracia en términos de diálogo e interacción con los pobladores, es decir, “las comunidades lo que necesitan es apoyo económico y la batuta de alguien realmente experimentado, no recibir charlas teóricas de parte de gente que nunca ha pisado el campo en su vida”, agregó Suasnabar.

MINERÍA ILEGAL

Otro gran adversario del Parque Nacional Huascarán es la pequeña, pero igualmente nociva, minería ilegal que existe en la zona. Si bien ya está medianamente controlada, siempre representa un riesgo latente. “Hasta el año 2015 esta actividad se practicaba dentro del área protegida, sin embargo, en trabajo conjunto con la Fiscalía y la Dirección General de Minería logramos detenerla” manifestó Ricardo Gómez, Jefe del Parque Nacional Huascarán.

No obstante, graves daños fueron causados afectando de manera directa al agua de la cordillera. Los glaciales fueron excavados ilegalmente y de esta forma se contaminaron los recursos hídricos, razón por la que ahora se hace necesario recuperar los ríos en estado tóxico y construir plantas de tratamientos residuales.

Para contrarrestar estos efectos, Pro Naturaleza viene ejecutando diferentes acciones en el plano económico y educacional. Además, esta organización está en proceso de establecer una alianza entre el Parque Nacional Huascarán y el Parque Nacional Rocky Mountain de Colorado (Estados Unidos). Esto con la finalidad de que se lleve a cabo un intercambio de conocimientos en lo que concierne a gestión de patrimonio, vigilancia de parques y medidas de preservación.

“La iniciativa la tuvieron ellos, esto debido a las características tan similares de ambos parques. De esta forma, habrá un feedback muy productivo por los dos lados y sobretodo, ampliaremos nuestra visión gracias a ellos”, puntualizó Suasnabar.

En lo que respecta al Parque Nacional Machu Picchu, las condiciones actuales son mucho más óptimas. Tanto el director de Pro Naturaleza como el jefe de este parque, José Nieto, coincidieron en que este tesoro de la humanidad sí tiene un plan eficaz de uso turístico. Se está calculando de forma equilibrada la cantidad de turistas que se pueden recibir, para que así no se ponga en el más mínimo riesgo a la hermosa ciudadela inca.

“Solo hay una pequeña fracción de la ciudadela que siempre está en constante reparación debido al excesivo tránsito de la gente, para minimizar este efecto ya se están realizando los ajustes pertinentes” manifestó Nieto.

El gran reto que tiene el siguiente gobierno con respecto a este sector es la implementación de un efectivo plan estratégico ambiental. Uno que a su vez genere la unión y el entendimiento entre todas las organizaciones involucradas en el tema (Ministerio del Ambiente, Sernanp, Pro Naturaleza, etc.) en pos de un mismo objetivo: la imposición de una sólida cultura medioambiental y ecológica en el Perú, que involucre de igual manera tanto a personas como a empresas.

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