Por Stakeholders

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  • Durante aislamiento social en diversos distritos de la capital se ha registrado baja de hasta 8 dbA (decibeles, escala de medición de ruido).

Hoy en el marco del “Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido”, es importante generar conciencia en la ciudadanía sobre los riesgos, molestias y daños que generan los ruidos en la salud.

En nuestra sociedad, las principales fuentes generadoras de ruido ambiental son el tránsito vehicular, las actividades industriales, de comercio y de ocio, las empresas y construcciones. Lo cual se evidencia en los resultados obtenidos de la campaña de medición de ruido ambiental realizada por el OEFA en los distritos de Lima y Callao durante el 2019, en donde se concluye que, de las 131 mediciones realizadas en zonas comerciales, 118 superan el ECA de ruido para dicha zonificación.

En estos tiempos de cuarentena, de la información compartida y revisada en el CTN de Acústica y Medición de Ruido Ambiental del INACAL, del cual es miembro el MINAM, se advierte que, los niveles de ruido habrían disminuido debido al tránsito restringido de vehículos y a la reducción de algunas actividades económicas.

En algunos distritos de la capital, dicho descenso se registra hasta en 8 dBA (decibeles, escala de medición de ruido) en comparación a resultados obtenidos por mediciones realizadas por instituciones públicas y privadas antes de la cuarentena. Cabe señalar que en zonas residenciales el Estándar de Calidad Ambiental (ECA) es de 60 dBA, durante el día y 50 dBA durante la noche.

 Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS), advierte sobre los efectos del ruido en la salud de las personas, señalando la perturbación que genera en el sueño y la interferencia en la comunicación, el descanso y la concentración, además de la alteración del estado de ánimo tanto de las personas como de otros seres vivos. Aunado a ello, la exposición de personas a niveles de ruido elevados puede producir pérdida de audición, insomnio, estrés, hipertensión, dificultades del habla, entre otros problemas, los cuales se manifiestan particularmente en los niños y sus capacidades de aprendizaje.

En ese sentido los gobiernos locales, en el marco de sus competencias, realizan la importante labor de supervisar y fiscalizar la emisión de ruidos molestos mediante el empleo de sonómetros Clase 1 debidamente calibrados, a fin de prever y controlar la contaminación sonora existente en zonas domésticas y comerciales dentro de su jurisdicción.

Labor de la ciudadanía por una vida con menos ruido

Es importante tener en cuenta que la ciudadanía en general es responsable de la calidad ambiental del entorno donde vive; razón por la cual, a fin de reducir los niveles de ruido se debe promover, superado el aislamiento social, el uso de la bicicleta o la electromovilidad que genera menos contaminación sonora.

Finalmente, desde nuestras casas podemos contribuir a la reducción de los niveles de ruido ambiental con hábitos tan sencillos como:  controlar el volumen de la televisión, de la radio o de la música, especialmente en horario nocturno, educar a nuestras mascotas para no causar molestias por el ruido que generan a otras personas, hacer uso adecuado de lavadoras, licuadoras y otros electrodomésticos que emitan altos niveles de ruido, así como también podemos hacer uso de aplicaciones móviles (apps) para medir de manera referencial los niveles de ruido en los alrededores de nuestras viviendas.







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