El 75 % del parque inmobiliario de la Unión Europea es ineficiente desde el punto de vista energético. Conoce las soluciones que viene empleando el sector para convertir los inmuebles en más sostenibles.

Aerial view of Mendoza City and Edificio Gomez Building - Mendoza, Argentina
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Por Stakeholders

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El camino para que los edificios tengan una mayor eficiencia energética aún está pendiente. Sin embargo, este proceso puede ser logrado, con mucha mayor rapidez, mediante soluciones constructivas sostenibles como cambios de tejados, cerramientos o aislamiento de fachadas. 

En Europa, este cambio no queda solo en intenciones, sino que está respaldado de forma legal. Bruselas  aprobó una batería de proyectos legislativos entre los que se incluye penalizar las construcciones que no limiten sus emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Para el secretario general de la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac), Sebastián Molinero, un parque inmobiliario avejentado y sin rehabilitar «conlleva amenazas en términos de ahorro, salud y bienestar». Es por ello, que opina que el reparto de los fondos europeos de reconstrucción, Next Generation, «tendrían que ayudar a cubrir este importante déficit».

«Una casa que ahorre energía, pero sea insegura o ruidosa o pueda provocar, con el tiempo, problemas respiratorios o caídas es poco sostenible», defiende.

Aislamiento térmico

«Si hay algo fundamental que ayuda a mejorar la eficiencia energética de una vivienda y, por tanto, a hacerla más sostenible, y a ahorrar, es el aislamiento térmico«, señala Molinero.

Indica que lo primero es asegurarse de no tener puentes térmicos, es decir, zonas o áreas singulares por las que se produce una gran pérdida de temperatura. Para evitarlos recomendó un adecuado diseño de los elementos constructivos que formarán la envolvente térmica de un edificio, como los puentes térmicos, huecos, cerramientos opacos, entre otros.

«Su exhaustivo análisis resultará clave para reducir el riesgo de condensaciones y las pérdidas de frío y de calor hacia el exterior», dice.

Las principales actuaciones de rehabilitación son en fachada, en cubiertas, así como en techos o tejados, de acuerdo con fuentes de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). También existe la opción de una inyección en las fachadas de una especie de espuma que sirve de material aislante; o de instalar un aislamiento por el interior. 

«Su sustitución evita ruidos e incluso goteras», indican. Es importante elegir una buena carpintería que nos garantice la ruptura del puente térmico, y que se instale correctamente para evitar pérdidas», precisan.

Esta acción permitirá ahorrar un 80% en consumo de energía. «Mantener una vivienda a temperatura óptima mejora la salud, mientras que el coste es bastante menor», explica la CNC.

Incorporación de energías renovables

Un segundo paso sería complementar esos elementos constructivos pasivos con instalaciones activas, como son las energías renovables. «Se está avanzando mucho en la incorporación de estas energías, ya que hay miniaerogeneradores, paneles solares o instalación de geotermia para viviendas unifamiliares y para comunidades de propietarios», comentan desde la CNC. Añadió que países como España vienen promoviendo el autoconsumo aprovechando la ejecución de actuaciones de rehabilitación.

Por su parte, el directivo de Andimac dice que la Unión Europea tiene una visión con la transición ecológica «y la descarbonización de nuestros edificios es clave».

En febrero del 2020, la Comisión Europea publicaba un documento con una declaración de intenciones relacionados a la eficiencia energética de los edificios.

En él sostenía que aproximadamente el 75% del parque inmobiliario de la UE es ineficiente desde el punto de vista energético, y que su renovación podría reducir el consumo total de energía «en un 5 % o 6 %, y rebajar un 5 %, aproximadamente, las emisiones de CO2«. 

Pese a ello, cada año se renueva, por término medio, menos del 1 % de los parques inmobiliarios nacionales, según los Estados miembros. Los porcentajes oscilan entre el 0,4 % y el 1,2 %. «Para poder alcanzar nuestros objetivos climáticos y energéticos tendríamos que duplicar, como mínimo, las actuales tasas de renovación«, se lee en el documento.

Cabe mencionar que los inmuebles de todo tipo son los mayores consumidores de energía de la UE, y se encuentran entre los principales emisores de dióxido de carbono. Son responsables del 40 % del consumo energético del territorio, y del 36 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, generadas principalmente durante su construcción, utilización, renovación y demolición.







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