Por Stakeholders

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Una investigación de Julio Aguirre, del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), y otros coinvestigadores, identificó que la deforestación contribuye a incrementar los casos de malaria en la Amazonía Peruana. La investigación fue realizada en conjunto con investigadores de la Universidad de Tennessee (Estados Unidos) y de la Universidad de Toulouse (Francia).

A pesar de los esfuerzos para combatirla, la deforestación sigue siendo un problema grave en el mundo. Global Forest Watch identificó que, entre 2002 y 2021, se perdieron 68.4 millones de hectáreas de la selva tropical primaria (equivalente al área de países como Madagascar). En el mismo periodo, según fuentes oficiales, en el Perú se deforestaron casi 2.3 millones de hectáreas de bosque amazónico (aprox. el área de la región Huancavelica). Además de afectar al medioambiente, el estudio identificó una relación entre la deforestación y el incremento de casos de malaria en las regiones amazónicas del Perú. 

En la investigación Spatial spillovers and the relationship between deforestation and malaria, evidence from the Peruvian Amazon, se explica que los programas de cooperación internacional para el control de malaria en el Perú, entre 2005 y 2010, redujeron drásticamente el número de casos en Loreto de, aproximadamente, 54 200 a 11 600 en dicho periodo. Sin embargo, los casos de malaria aumentaron nuevamente, llegando a reportarse más de 60 mil casos en el año 2014, nuevamente concentrados en Loreto. Esto impulsó al gobierno peruano a implementar el programa Plan Malaria Cero, entre 2017 y 2021, con un presupuesto de 6.5 millones de dólares, aproximadamente.

El impacto de la deforestación

La deforestación no solo altera los microclimas (reduce la sombra, aumenta el movimiento del aire, cambia el régimen de humedad y altera los patrones de lluvia), sino que lleva a los vectores de la malaria a buscar nuevos lugares para reproducirse. Algunas investigaciones señalan que el Anopheles darlingi puede dispersarse desde sus reservorios de reproducción e infectar humanos a una distancia de hasta 7.2 km. “Con ello, se sugiere que la influencia de la deforestación en los contagios de malaria podría extenderse más allá de las áreas locales afectadas por la deforestación hacia áreas vecinas o contiguas”, sostiene Julio Aguirre, profesor e investigador de la Universidad del Pacífico.

“Junto con colegas de la Universidad de Tennessee y de la Universidad de Toulouse notamos que, durante los años de vigencia de los programas contra la malaria, los contagios se redujeron; sin embargo, cuando estos programas no están presentes, los casos de malaria no solo vuelven a aumentar, sino que también la deforestación muestra una tendencia creciente”, explica Aguirre. En ese sentido, el especialista detalla cómo, tras analizar la información, hallaron que por cada 1 000 hectáreas deforestadas en distritos de cinco regiones amazónicas (Amazonas, Huánuco, Loreto, San Martín y Ucayali), se generan un total de 69 nuevos casos de malaria (24 en distritos locales y 45 en distritos vecinos). 

“Asimismo, considerando que un caso típico de malaria podría confinar al paciente a entre 10 y 20 días de descanso médico, cálculos adicionales nos sugieren que, a una tasa promedio de deforestación anual de 150,000 hectáreas, como ocurrió entre los años 2009 y 2017, se arriba a costos totales entre 12.4 y 24.8 millones de dólares durante dicho periodo. Si a estos costos generados por la deforestación se les agrega lo que cuestan los programas contra la malaria (26 y 6.5 millones de dólares el PAMAFRO y PMC, respectivamente), los beneficios económicos esperados de las mejoras en salud de la población pueden verse socavados”, sostiene el investigador.

Propuestas desde la academia

Julio Aguirre plantea, como eje clave, que el Ministerio de Salud coordine sus intervenciones, programas preventivos y de control de la malaria, con otras carteras o entidades que implementen programas de desarrollo que, de manera directa o no, resulten en deforestación. “Las futuras políticas del gobierno en la Amazonía peruana deberían considerar los trade-off entre los beneficios económicos de la deforestación y el costo asociado con el aumento de la incidencia de la malaria”, sostiene.

En el marco de la implementación de un nuevo programa contra la malaria denominado “Plan hacia la erradicación de la malaria” para el periodo 2022 – 2030, es importante que los formuladores de políticas se comprometan con propuestas que no solo se centren en la incidencia de la malaria, si no que también consideren la dinámica de la deforestación.







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