Por Stakeholders

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Casi dos millones de agricultores del país están expuestos a fenómenos naturales y otras eventualidades que pueden poner en riesgo su productividad e inversión, y generar grandes pérdidas. 

Para Miguel Ortiz de Zevallos, gerente de Negocios Empresariales de Pacífico Seguros, los siniestros más frecuentes en el país son por las lluvias. “Si bien no se pueden evitar, sí se puede controlar la magnitud de las pérdidas por medio de un seguro completo, como el comercial”, señala. 

A la fecha, el Estado peruano brinda el Seguro Agrícola Catastrófico (SAC) a pequeños agricultores, mediante el cual los indemniza con S/800 por hectárea afectada. Adicionalmente, el productor puede contratar directamente un Seguro Agrario Comercial, una herramienta financiera frente a eventuales pérdidas económicas.

Según el directivo, en el país existen 7.1 millones de hectáreas de superficie agrícola, de las cuales el 70% está en riesgo potencial. “Un seguro agrario es la mejor inversión, pues busca la tranquilidad del agricultor, que con su trabajo es clave para el desarrollo del país”, apunta Ortiz de Zevallos. 

Bajo su mirada, estas son unas de las razones para optar por esta alternativa:

  • Protección de los costos de producción. Las sequías, inundaciones, huaycos, temperaturas extremas, terremotos o incendios pueden hacer que se pierda por completo una producción agrícola, lo que arrojaría cero ganancias. Pacífico Seguros cuenta con un Seguro de Garantía por Producción que asegura hasta un 70% de la producción anual o permanente de un cultivo, cubriendo así los riesgos climáticos, hídricos e incendios. 
  • Protección de la planta o frutal. Incluso antes de que se obtenga el cultivo, se pueden presentar daños en la planta o frutal producto de fenómenos climáticos o eventos difíciles de controlar, perdiendo así la inversión. Por lo que es importante considerar su protección. El Seguro de Cobertura por Planta de Pacífico asegura la inversión de los cultivos forestales y frutales durante su instalación o también hasta obtener la primera cosecha. 

Además de proteger el capital y la producción, se encuentran otros beneficios de tener un seguro agrícola, como el tener más seguridad en invertir en zonas de producción atractivas a pesar de poseer ciertos riesgos climáticos, o adoptar cultivos mucho más productivos aun cuando resulten más riesgosos.







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