La creciente concentración de CO2 en la atmósfera sigue alcanzando récords históricos, lo que ha llevado al mundo a enfrentar alarmantes efectos negativos que se extienden por todos los sectores de la sociedad, afectando no solo el medio ambiente, sino también el progreso social y económico. En este contexto, resulta urgente que tanto Gobiernos como empresas y la sociedad civil coloquen la crisis climática en el centro de sus decisiones y estrategias.
Enfrentar este desafío requiere más que conciencia: demanda una acción concreta que, entre otras cosas, pasa por la movilización de recursos financieros. Aquí es donde los instrumentos financieros verdes se presentan como una poderosa herramienta para impulsar proyectos y negocios comprometidos con la sostenibilidad.
¿Qué son los instrumentos financieros verdes?
Los instrumentos financieros verdes son herramientas de inversión diseñadas específicamente para financiar proyectos y actividades que contribuyen a la sostenibilidad ambiental y la lucha contra el cambio climático. Dado que los efectos del cambio climático impactan de diversas maneras y sectores, existe una amplia gama de instrumentos financieros verdes, que pueden enfocarse tanto en la adaptación como en la mitigación del cambio climático.
¿Qué tipos de instrumentos financieros verdes existen?
Perú se ha posicionado como pionero en la emisión de bonos verdes en América Latina. En 2014, se emitió un bono por un valor de USD 204 millones, a un plazo de 20 años1 . Estos instrumentos de deuda tienen la ventaja de que aprovechan la característica verde del proyecto. Es decir, ofrecen a potenciales interesados en apoyar iniciativas verdes la oportunidad de invertir en eficiencia energética, la gestión de residuos, control y prevención de la contaminación, entre otro tipo de proyectos. La certificación de estos proyectos es un paso crucial, pues garantiza su alineación con criterios ambientales.
Los préstamos también pueden ser una herramienta clave en la lucha contra el cambio climático y pueden adaptarse según las necesidades del cliente. Por ejemplo, una empresa puede solicitar un préstamo verde para transformar su flota motriz a electromovilidad, adquirir maquinaria más eficiente en su consumo energético o que reduzca sus emisiones y además amplíe su capacidad productiva, entre otras alternativas.
Los microempresarios y pequeños productores también pueden beneficiarse de estos instrumentos. En algunos países de la región, se han ofrecido micropréstamos a pequeños agricultores para que inviertan en actividades relacionadas con la sostenibilidad de los ecosistemas, mejorando sus ingresos y resiliencia ante los efectos del cambio climático.
Existen, además, otros tipos de instrumentos de financiamiento. Por ejemplo, los bonos azules para la conservación y protección de los ecosistemas marinos, y los esquemas de secuestro de carbono, donde entidades privadas financian la restauración o conservación de ecosistemas para la captura y almacenamiento de CO2. Posteriormente, se certifican estos proyectos para emitir créditos de carbono que pueden ser comercializados en los mercados de carbono.
¿Qué debo hacer si soy una institución financiera interesada en ofrecer un instrumento financiero verde?
Podría ser sorprendente descubrir que una institución financiera ya podría estar ofreciendo productos verdes sin saberlo. Las instituciones financieras suelen entregar productos que responden a una amplia gama de objetivos, y algunos de estos, sin ser formalmente etiquetados como “verdes”, podrían ya estar contribuyendo a incrementar la capacidad adaptativa de la población o a reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Por ejemplo, un productor podría solicitar un préstamo convencional, es decir no denominado “verde”, para modernizar los tractores que utiliza. Si estos nuevos equipos cumplen con normativas como las europeas EURO V o EURO VI, que garantizan una menor emisión de GEI, el impacto positivo sobre el medio ambiente es claro. Así, la institución financiera estaría contribuyendo de manera indirecta a combatir el cambio climático, ya que ha facilitado una acción de mitigación que no habría sido posible de implementar sin sus recursos.
Si decides ofrecer un instrumento financiero específicamente etiquetado como “verde”, es importante establecer criterios claros que garanticen que, efectivamente, dicho instrumento realmente contribuya a enfrentar el cambio climático. Por ejemplo, podrías establecer una lista de tecnologías a financiar que emitan una menor cantidad de GEI en comparación con las opciones convencionales en el mercado.
Si estoy interesado en utilizar un instrumento financiero verde, ¿cómo determino cuál es el mejor para mi negocio o proyecto?
Elegir el instrumento financiero más adecuado dependerá de las características específicas del proyecto, pues no existe un instrumento universalmente superior. Cada tipo de financiamiento, ya sean bonos verdes, préstamos o cualquier otra herramienta financiera, ofrece ventajas particulares según las necesidades y objetivos del proyecto. En algunos casos, incluso puede ser recomendable combinar varios instrumentos para maximizar los beneficios.
Es fundamental realizar un estudio de prefactibilidad o factibilidad del proyecto que se busca financiar. Este análisis te permitirá identificar con precisión qué instrumentos financieros son más adecuados. La clave está en alinear las características del proyecto con el tipo de instrumento de financiamiento para maximizar su eficacia y alcanzar un impacto real en la acción climática.
En Deuman, estamos listos para acompañar a las organizaciones en este camino. Ya sea que una empresa esté buscando acceder a financiamiento verde o que, como institución financiera, desee incorporar estas herramientas en el modelo de negocio, podemos ayudar a cumplir estos objetivos. En conjunto, se puede hacer que la sostenibilidad sea no solo una meta, sino una realidad concreta y rentable. ¡Contáctanos y hagamos ese cambio posible!