Por Stakeholders

Lectura de:

“Y en un momento, ¡todo cambió! 

La pandemia nos puso frente a nuevos desafíos, que afectan el naciente movimiento hacia una economía circular, al menos en el corto plazo.” 

Así comenzaba mi anterior columna en Stakeholders (edición 121), que les invito a leer. Y luego de varios meses la buena noticia es que la agenda de economía circular se está retomando… y con fuerza. 

Más allá de la “Hoja de Ruta para la Economía Circular” , aprobada por el Gobierno en febrero 2020, hubo avances desde diferentes planos: el normativo, el académico y el de la gestión empresarial. Lo más reciente es la publicación de la “Guía peruana para la implementación de la economía circular en las organizaciones”, desarrollada por Inacal. 

Pero volvamos a la misma pregunta de hace unos meses: ¿qué significa economía circular en términos prácticos? 

Implica innovar en productos o servicios, en modelos de negocio y en ecosistemas. Reducir, reusar, reciclar … pero también reparar, re-diseñar y regenerar ecosistemas. Es un viaje a largo plazo. 

¿Y cómo abordar el viaje de manera eficiente? 

En nuestra experiencia, el viaje debe abordarse a través de un “camino crítico”, basado en cuatro etapas: 

  • Diagnóstico de circularidad
  • Plan estratégico u Hoja de Ruta
  • Ejecución de “proyectos emblemáticos” 
  • Gestión de “impulsores”: comunicaciones, soporte IT, cultura 

En la etapa de diagnóstico buscamos definir el punto de partida, es decir identificar oportunidades de mejora en todo el ciclo de vida del producto o servicio, que luego servirán para desarrollar un plan. Mapear la cadena de valor, las tendencias del sector, benchmarking de la competencia, el marco normativo, son ingredientes que junto con herramientas existentes nos permitirán detectar “oportunidades circulares” o bucles. Cada uno de esos bucles es una “parada del viaje”, que desemboca en proyectos concretos. 

Luego, debemos priorizar y desarrollar un plan estratégico u Hoja de Ruta con metas claras. Y esta etapa implica dar un paso clave: lograr el compromiso de la alta dirección. 

La realización de un Taller estratégico con la lata dirección, basado en metodologías como Design Thinking, se presenta como un paso indispensable para comprender las oportunidades y desafíos, discutir, consensuar y aprobar la Hoja de Ruta propuesta. 

Habiéndose aprobado la Hoja de Ruta, debemos ejecutar aquellas iniciativas emblemáticas, que permitan resultados y aprendizajes para las siguientes etapas del viaje. Debemos ejecutar “proyectos circulares”, es decir prototipos o pilotos. Así podemos probar las ideas antes de construirlas para su lanzamiento, reduciendo costos y riesgos. 

Ahora bien, más allá de metodologías y herramientas, en este viaje necesitamos impulsores: el liderazgo motivador que provenga de la alta dirección, a la vez que de aquellos líderes naturales que hay en toda organización; una cultura alineada y una gestión de comunicaciones internas que permitan crear la mística de la sostenibilidad. 

A modo de síntesis… 

Existe una gran variedad de herramientas y casos de éxito de empresas que ya lo están logrando. 

La pregunta es si ya contamos con un plan para lograrlo.







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