A nivel mundial existe un aumento en el uso de carbón, petróleo y gas, y se incumple los acuerdos realizados el año pasado en la cumbre del Clima. Se espera que tema sea conversado en esta nueva edición de la COP.

Por Stakeholders

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En los últimos 10 años, la quema de combustibles fósiles causó el 86% de todas las emisiones de CO₂. Sin embargo, no es hasta la COP26, realizada en Escocia, que se tomó importancia a combatir esta situación.

En la cumbre climática del 2021 se firmó el pacto climático de Glasgow, el cual reconocía como principales culpables del calentamiento global al carbón, el petróleo y el gas. Asimismo, exhortaba a las naciones a eliminar gradualmente la extracción o el consumo de combustibles fósiles y a «reducir gradualmente» la energía del carbón.

Desafortunadamente, un año después y tras el comienzo de la COP27, el panorama es desolador. Existe una crisis energética.

En medio de la lucha por quemar menos combustibles fósiles, los precios de todos los combustibles fósiles se han disparado simultáneamente debido a la guerra de Rusia en Ucrania. Esto ha aumentado los precios de la electricidad a su vez.

Para mantener las luces encendidas, algunas de las naciones en desarrollo están recurriendo al más contaminante de todos los combustibles fósiles: el carbón. La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que, en el año 2022, el consumo mundial de carbón alcance su máximo histórico de 2013.

En la UE, se espera que la demanda de carbón (principalmente del sector eléctrico) aumente un 6,5 %. Si continúan las tendencias actuales de la demanda, el consumo mundial de carbón será solo un 8,7 % más bajo en 2030 que en 2021. Y es que para alcanzar cero emisiones netas para 2050, debería ser un 32 % más bajo.

Asimismo, para reducir los altos precios de los combustibles fósiles, los gobiernos de todo el mundo están recurriendo a los mismos subsidios que acordaron eliminar. Estos subsidios reducen los costos de combustible para los consumidores fijando el precio en las gasolineras.

Contemplando todas estas situaciones, las negociaciones en la COP27 deben llevarse a cabo con la certeza de que los combustibles fósiles no están saliendo de la combinación energética mundial. Los países desarrollados deben asumir un papel de liderazgo en su eliminación gradual para permitir que los países en desarrollo se adapten a un ritmo más lento. 







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