El deshielo de los casquetes polares y los glaciares, el aumento del nivel del mar, la sequía, las lluvias torrenciales son consecuencias del calentamiento global. ¿Estamos preparados para afrontarlo?
Los cambios en el medio marino perjudican a los seres que viven en el agua, como los corales y las especies que dependen de ellos. Las subidas del nivel del mar están modificando las costas y debilitando los edificios, lo cual pone en riesgo la vida humana.
El agua en cualquier estado es fundamental para nuestro planeta; dependemos de ella para beber, para la agricultura y para la ganadería, además, múltiples especies necesitan los ecosistemas de agua dulce para vivir. Los océanos contribuyen a modular los niveles de CO2 y a mantener las temperaturas globales, a la vez que transportan nutrientes y albergan ecosistemas marinos.
Estos son algunas formas en las que el cambio climático daña al agua en el planeta:
Equilibrio químico
Los mares, cubren al menos el 71 % de nuestro planeta azul, además absorben tanto CO2 generado por actividades humanas y tanta energía del Sol que la química y las temperaturas de las aguas marinas están poniendo en peligro a muchos organismos.
Poblaciones en riesgo
Las subidas del nivel del mar están modificando las costas y socavando los edificios, lo cual representa un riesgo para la vida humana.
Reservas subterráneas
Las interacciones dinámicas entre el cambio climático y los recursos de agua dulce en tierra están estrechamente vinculadas a la disponibilidad de agua de buena calidad para el consumo humano. Actualmente, cerca de la mitad de la población mundial depende del agua subterránea para un consumo de agua seguro.
Superpoblación
Se espera que para el 2050 la demanda de crecimiento urbano haya incrementado un 55 %, es importante gestionar adecuadamente el consumo futuro.
El deshielo
El agua dulce congelada en el Ártico, en Groenlandia, en la Antártida y en todas las regiones alpinas del mundo se está derritiendo y yendo a parar a los océanos, ríos y suelos de todo el planeta.
Los estragos de la sequía
Al comienzo esa agua llenará los ríos y las cuencas fluviales, pero cuando haya menos hielo, se verán afectadas las aguas de escorrentía y el agua dulce disponible. Si las medidas de conservación no paran el problema, aparecerá la amenaza de las restricciones de agua.