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Seguridad alimentaria y nutricional: Entre el retroceso y la esperanza

Por Stakeholders

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En el Perú, la población total que sufre de hambre alcanzó los 2,5 millones en promedio durante el periodo 2014-2016, lo que representa un incremento de 100 mil personas con relación a la medición anterior (2013-2015). Asimismo, más del 43 % de niños menores de 3 años tiene anemia y el 35,5 % de los peruanos mayores de 15 años vive con sobrepeso. ¿Cómo garantizar la seguridad alimentaria y nutricional en este sector para el 2030?

Por Rudy Chávez
rchavez@stakeholders.com.pe

Revés alimentario

Según el informe Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2017, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el Perú el número total de personas que padecen de hambre alcanzó los 2,5 millones en promedio para el periodo 2014-2016, lo cual supone un incremento de 100 000 personas con respecto a la medición anterior (2013-2015).

Así lo afirmó María Elena Rojas, actual viceministra de Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), en una entrevista que concedió a un medio de comunicación escrita cuando ocupaba el cargo de Oficial a Cargo de la Representación de la FAO en el Perú (FAO: Perú tiene 100 mil personas más que padecen hambre, ¿qué ocurrió?Diario Gestión, 10/10/2017).

María Elena Rojas, viceministra de Políticas Agrarias del Minagri.

«Hemos combatido el hambre eficazmente (en Perú) con políticas y programas intersectoriales. Pero ante este nuevo revés en la lucha contra el hambre, es momento de profundizar en políticas multiactor, en las que todos los involucrados asuman su rol en la transformación del sistema alimentario para hacerlo más sensible a la nutrición y más sostenible, tanto en términos sociales, ambientales y económicos», advirtió en aquella entrevista.

Por su parte, Jesús Quintana-García, jefe de la Oficina Subregional Andina y Cono Sur, y representante en Perú del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), en una columna de opinión publicada originalmente en la página web de una reconocida agencia de información (La solución al hambre mundial podría estar en su propia mesa, EFEverde, 04/07/2018), graficó meridianamente el oxímoron peruano: la convivencia entre el boom gastronómico y turístico, y la pobreza, la malnutrición y la anemia.

«El boom culinario y turístico del Perú convive con una triste realidad social: el 2017 su pobreza rural fue de 44,4 %, con una leve subida de 0,6  % en comparación con el 2016. Dos millones y medio de personas pasaron hambre ese año, y 620 000 niños menores de tres años (el 43,5 % del total) sufrieron de anemia. La mayor parte son familias rurales, que viven de producciones de subsistencia y otras tareas menores», escribió.

A su turno, Tania Goossens, representante en Perú del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en una entrevista para un conocido medio multiplataforma en el marco de la CADE Ejecutivos 2018 (ONU: El trabajo articulado es esencial para reducir la anemia en el Perú, RPP, 29/11/2018), dijo que la erradicación del hambre es fundamental para reducir la anemia en el país, para lo cual no solo es necesario un mayor consumo de hierro, sino también el acceso a un servicio de agua potable y saneamiento de calidad.

«El 50 % de la causa de anemia en el país es por el déficit de hierro, por lo que es importante que el Minagri tenga un rol activo para garantizar la disponibilidad y el acceso a los alimentos.  El 50 % restante de la causa de esta afección obedece a la falta de acceso al agua, saneamiento e higiene, sector donde hay tareas pendientes en infraestructura, acceso al agua limpia e higiene», precisó.

Por otro lado, Vasco Masías, director corporativo del Grupo Alimenta, estimó que la estandarización de los cultivos y la producción a escala que se practicó por largo tiempo en el Perú para hacer nuestra agricultura más eficiente con miras a su exportación, trajo como consecuencia la pérdida de la riqueza en la diversidad y, por lo tanto, la disposición de alimentos de menor calidad para la población.

Jesús Quintana-García, representante en Perú del FIDA.

«Debemos retornar a nuestros saberes ancestrales de cómo cocinar, combinar, preparar y mantener los alimentos. Actualmente, más del 75 % de las calorías que se consumen en el planeta provienen de tan solo doce alimentos. Esto nos llevó a ser eficientes en producir en grandes volúmenes, pero perdimos en variedad», comentó.

Malnutrición

En el informe elaborado por la FAO y la OPS, también se reveló que en el país más del 43 % de niños menores de tres años tiene anemia y el 35,5 % de los peruanos mayores de quince años vive con sobrepeso.  Asimismo, se halló que la prevalencia del sobrepeso en menores de cinco años está en 7,2 %, mientras que la desnutrición crónica, aunque con reducciones importantes en los últimos cinco años, todavía afecta a cerca de 400 000 niños menores de cinco años (13,1 %).

De acuerdo con María Elena Rojas,  este escenario es peor para los más pobres, cuyos ingresos muchas veces solo alcanzan para comprar alimentos poco nutritivos, que suelen ser más baratos. La malnutrición en todas sus formas (comer poco, mucho o mal), es inadmisible en un país megadiverso como el Perú, acotó.

«Es impensable que los niños de zonas rurales tengan que comer alimentos ultraprocesados porque sus padres tienen que vender lo mejor de su producción fresca y saludable a mercados urbanos para poder tener un precio digno», lamentó.

En tanto, Jesús Quintana-García cree que la solución al enorme pero ineludible reto de acabar con la pobreza, el hambre, la malnutrición y la anemia en el Perú podría apoyarse, paradójicamente, en la demanda de alimentos y su boom gastronómico y turístico.

«La cocina, junto a la cultura y el turismo, constituyen una alternativa de solución para la pobreza, el hambre, la malnutrición y la anemia en el Perú, cuyos ingredientes son una gran biodiversidad y riqueza de productos, la mezcla de culturas y la innovación. La demanda de una cocina de calidad no se queda en los restaurantes de élite, sino que se expande a comedores populares, bares y tabernas, e incluso a las mesas familiares», argumentó.

Por su parte, Tania Goossens hizo hincapié en la imperiosa necesidad de reducir la anemia en el Perú, destacando que si bien el Plan Multisectorial de Lucha Contra la Anemia tiene una meta ambiciosa de disminuir la anemia de 43 % a 19 % hacia el 2021, hay aspectos positivos que hacen viable alcanzar dicho objetivo.

«La anemia no es solamente un asunto de salud, creo que ese plan es un reconocimiento que de verdad es el papel de muchos actores. El plan tiene quince ministerios e involucra a otros actores, quienes ya han identificado un modelo para realizar las intervenciones en las zonas del país donde hay una mayor incidencia de anemia», indicó.

Por otra parte, Vasco Masías cree que Promperú está haciendo un trabajo importante para promocionar nuestros alimentos bandera altamente nutritivos en el extranjero, aunque consideró que hace falta difundirlos en nuestro mercado interno.

«Tenemos que promocionar los superalimentos peruanos (aquellos que son altamente nutritivos) hacia adentro. Ponerlos de moda internamente para que se cultiven más y el plato de las familias locales gane en diversidad. Así, no solo será rico en sabor, sino también en nutrientes», destacó Masías.

El Perú frente a la seguridad alimentaria y nutricional

Para la viceministra de Políticas Agrarias, los agricultores, el Estado, la empresa privada, el Poder Legislativo y los consumidores, es decir, todos los actores involucrados en el sector, deben trabajar juntos para alcanzar la meta de erradicación del hambre para el 2030, debido a que la realidad ha demostrado que no bastan las intervenciones articuladas entre los sectores del Gobierno Central para cumplir con este objetivo.

Tania Goossens, directora del PMA en Perú.

«Los méritos que hemos alcanzado en la reducción de la desnutrición crónica en menores de cinco años, han convertido al Perú en un país referente a nivel mundial, pero esa es solo una de nuestras batallas: al reto enorme que aún tenemos como país de atacar la anemia, que afecta a 948 000 niños menores de cinco años, y las crecientes tasas de obesidad y sobrepeso, debemos sumar ahora la urgencia de revertir esta nueva tendencia al aumento de las cifras globales de hambre en el país», insistió.

Por su parte, el jefe de la Oficina Subregional Andina y Cono sur, y representante en Perú del FIDA, está convencido de que la demanda de alimentos variados y de calidad tanto de restaurantes top como de cantinas populares y hogares, y el apoyo a los pequeños agricultores para que mejoren sus producciones y las comercialicen efectivamente en los mercados, ayudaría a reducir la pobreza a la vez que a disminuir la malnutrición y la anemia.

«Contando con la gastronomía y el turismo como armas para poner fin a la pobreza, acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, y promover la agricultura sostenible, se estaría garantizando una vida más sana y equilibrada principalmente a los pobres rurales. Sí es posible», afirmó.

De otro lado, la representante en Perú del PMA explicó que la ONU ya llevó a cabo programas de lucha contra la anemia en Ventanilla (Lima) y Sechura (Piura). Dijo que el éxito de dichas iniciativas fue la participación del sector salud, la empresa privada, municipios y las propias comunidades.

«Creo que ahí está el éxito. La asociación entre los diferentes socios y el acompañamiento a las familias. Hay que trabajar articuladamente para definir las intervenciones de los programas sociales o los proyectos de Obras por Impuestos (OxI) para asegurar que haya más inversión en salud y nutrición», concluyó.

Finalmente, el director corporativo del Grupo Alimenta agregó que los actores del sector público, privado, académico y sociedad civil deben unirse para diseñar estrategias a favor de la seguridad alimentaria y la nutrición, trabajando para ello tres rutas: mapeo y diagnóstico de actores e iniciativas, alimentación para el desarrollo (guía nutricional) y campaña nacional de comunicación.

Vasco Masías, director corporativo del Grupo Alimenta.

«Justamente en esta línea, la Dirección de Diversidad Biológica del Minam (Ministerio del Ambiente) ha realizado un mapeo de productos nutritivos de la biodiversidad y está coordinando con diversos chefs para elaborar recetas con veinte ingredientes nativos, con el fin de que los peruanos incorporen más insumos locales en su mesa y que la meta de combatir el hambre para el 2030 no quede en promesa», expresó.




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