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Lima sostenible: ¿Realidad de ensueño?
En los últimos cinco años, el camino hacia una ciudad sostenible ha estado tangibilizándose, pero la ruta aún recién comienza.
Por Alonso Arias Loayza
aarias@stakeholders.com.pe
A portas de realizarse el evento de Perú Sostenible, queremos abordar este informe haciendo un análisis de cómo se encuentra nuestra ciudad de Lima y qué es lo que faltaría hacer para aspirar a plasmar en nuestra realidad una ciudad sostenible.
Mariana Alegre Escorza, directora ejecutiva de Lima Cómo Vamos y coordinadora de la Unidad de Gestión Social de la Facultad de Gestión y Alta Dirección de la PUCP, también estará presente en la Mesa de Acción de Ciudades y comunidades sostenibles, espacio que se desarrollará en el evento de Perú Sostenible. Alegre menciona que “el fomento de la sostenibilidad se da promoviendo mecanismos, herramientas o generando distintas políticas que promuevan esta misma”. Ante esta afirmación, hace énfasis en el rol que cumplen las organizaciones, como las empresas al ser entes fundamentales para sacar adelante la búsqueda de tener una ciudad sostenible. “Las empresas se están adaptando a esta transformación, es clave entender cómo el desarrollo de la sostenibilidad en las organizaciones es importante para el progreso social y tener una ciudad sostenible”, sostuvo.
¿AÑOS DE EVOLUCIÓN SOSTENIBLE?
Para entender nuestro contexto es importante saber cómo hemos venido avanzando en los últimos 5 años con respecto a tener una ciudad sostenible. Nos enfocaremos en dos ejes, la construcción sostenible y el transporte urbano, ya que Lima muchas veces se ha visto invadida de muchas obras y un tráfico rutinario que generan caos vehicular, altos grados de contaminación y pérdidas económicas.
Francesca Mayer Martinelli, CEO de Peru Green Building Council, hace referencia a un crecimiento que ha tenido Lima en estos últimos años, a pesar de la recesión económica en la que nos encontramos. En el caso del sector construcción se ha producido un avance plasmado en el incremento de proyectos certificados LEED, EDGE y Bono Mi Vivienda Sostenible. “En el caso de LEED, el sistema de certificación con mayor utilización en el mundo, el crecimiento ha sido de más del 90 % desde su ingreso al país hace 10 años, en el 2009. Hoy en día tenemos 98 proyectos certificados”, afirmó la CEO de Peru Green Building.
Vale preguntarse a qué se debe este crecimiento en la construcción sostenible. Según Francesa Mayer, el lanzamiento del Programa Mi Vivienda Verde, del Fondo Mi Vivienda, ayudó a dinamizar el sector vivienda social en cuanto a sostenibilidad, y el ingreso de certificaciones como EDGE y la creación de programas de incentivos municipales para edificios verdes han ayudado también al crecimiento del movimiento.
En el caso del transporte urbano, en inevitable ser ajeno a las deficiencias experimentadas por todos los ciudadanos. Usemos transporte público o tengamos nuestros vehículos particulares, la sostenibilidad se percibe cada vez más alejada. Sin embargo, Maritza Arbaiza Rios, jefa de Servicios de la Universidad ESAN y encargada del área de Desarrollo Sostenible “Ecoesan”, nos brinda una mirada diferente y a considerar ya que, según la especialista, en los últimos cinco años se ha dado un crecimiento en el empleo de diferentes medios de transportes que aportan a la sostenibilidad. Arbaiza, en base a una estadística de ECOESAN, afirma que solo entre el 2017 y 2019, el uso de bicicletas y vehículos lineales eléctricos ha ido en aumento increíblemente. De igual modo, se ha evidenciado un incremento exponencial de 400 % en la importación de estos vehículos en los dos últimos años (2017 y 2018). “Al parecer la tendencia va a continuar este 2019 porque las importaciones únicamente en los primeros meses del año sobrepasan a las importaciones totales en el 2018”, argumentó.
Si bien es un avance, la Jefa de Servicios de la Universidad ESAN, también considera el reto sobre contar con un mayor número de ciclovías, que si bien se ha planificado y se está llevando a cabo la construcción de estas vías en la ciudad, aún nos encontramos muy por detrás de otras capitales de la región tales como Santiago y Bogotá. “Por otro lado, si bien el número de usuarios que utilizan bicicletas y vehículos lineales eléctricos ha incrementado, aún es bastante bajo en comparación con el uso del transporte público y el automóvil. Según la Presidencia del Transporte no Motorizado de la Municipalidad de Lima Metropolitana, aproximadamente el 1 % de personas utilizan bicicletas para transportarse”, afirmó la especialista.
En vista de este número, es evidente la necesidad de incrementar las ciclovías en Lima si es que se quiere lograr un sistema de transporte sostenible. “Desde el punto de vista del transporte, aún nos falta muchísimo para ser sostenibles. No solamente por el tipo de transporte público y privado que tenemos, en su mayoría unidades antiguas y contaminantes, sino también por nuestra misma educación vial. Lamentablemente no se le da preferencia al peatón ni a los vehículos de emergencia. Entonces, si queremos realizar un verdadero cambio en el ámbito del transporte de nuestra ciudad y lograr ser sostenibles en el largo plazo, debemos iniciar por la educación de las personas”, concluyó Maritza Arbaiza.
Ante esta última afirmación, hay que resaltar el punto de la importancia y preferencias que se le tiene que dar al peatón ¿Qué tan relevante es este punto para lograr una sostenibilidad en transporte? Mariana Alegre, hace una reflexión relacionada a esta interrogante. El Metro de Lima, en los últimos cinco años se ha venido desarrollando de manera más acelerada. Bajo esta premisa, la especialista menciona que esto ocasionó que el patrón de la movilidad cambie y al mismo tiempo se empiece a consolidar la lógica de una movilidad urbana sostenible. “Esto involucra el cambio de prioridad de la movilidad sostenible donde antes el auto particular era el elemento más importante ahora se da la importancia al peatón y transporte público, esto genera un proceso de toma de decisión en cuanto a la política pública que se viene dando y es algo que se está encaminando”, agregó la directora ejecutiva de Lima Cómo Vamos.
¿QUÉ ENGLOBA UNA CIUDAD SOSTENIBLE?
Es importante saber cuál es el rumbo o puntos a considerar para desarrollar estrategias o políticas para lograr una ciudad sostenible. Arbaiza menciona tres pilares principales las cuales caracterizan al desarrollo sostenible: lo económico, social y ambiental. “Debemos considerar estos tres conceptos para lograr la sostenibilidad en cualquier ámbito”.
Ante esta afirmación, la especialista sostiene que cuando hablamos de sostenibilidad en cuanto a la movilidad y transporte urbano, tenemos que considerar varios aspectos. Desde la fuente energética de nuestros vehículos, la viabilidad del transporte urbano (incluyendo el impacto económico, social y ambiental), la infraestructura en cuanto a vías de transporte, los atascos y tráfico generado en la ciudad, espacios para peatones y la educación vial de la población.
En el caso de la construcción sostenible, Francesca Mayer menciona que uno de los principales objetivos a los que toda ciudad sostenible en construcción debe apuntar es a convertirse en una Smart City. “Hoy en día vivimos en un mundo de constante innovación tecnológica, lo que hace que el ámbito de la sostenibilidad avance de manera exponencial entre los diversos sectores”, sostuvo la vocera de PGBC.
Los tres componentes básicos de toda smart city son el Internet of Things, IoT por sus siglas en inglés o Internet de las cosas; el big data y la reincorporación del elemento persona como el centro de diseño de las ciudades, el Movimiento de Salud y bienestar de las personas.
El IoT, aplicado al ámbito de ciudades sostenibles, hace alusión a la interconexión de sistemas y servicios de una ciudad. “Pongamos el ejemplo de lo que está sucediendo en el país, la creación del nuevo ATU (Autoridad de Transporte Urbano) que busca integrar todos los sistemas de transporte de la ciudad de Lima, vehicular y no vehicular (bicicletas), dentro de una misma plataforma”, comentó la CEO de Peru Green Building Council . Además, mencionó que un buen uso del IoT sería el de integrar estos servicios dentro de una plataforma digital, que no solo facilite al usuario el poder identificar las mejores rutas y hacer el match con el mejor medio de transporte, tener una cuenta conjunta de pago para todos los medios, fácil de monitorear y regular, sino que también ofrezca la oportunidad de generar patrones de movimiento, tendencias por tipo de usuario, picos de horas, entre otra información muy valiosa para poder seguir optimizando los servicios de la ciudad. El IoT es mejor aprovechado cuando genera data.
Continuando con la descripción de los componentes de una smart city, el big data hace referencia a una gran cantidad de data (información) proveniente de diversos patrones de uso y, en muchos casos, del uso de móviles y sistemas interconectado por internet. “La idea con esta recopilación de información es analizarla para desarrollar ideas orientadas a tomar mejores decisiones y estrategias durante el proceso de creación y adaptación de ciudades a las nuevas tendencias del siglo XXI, totalmente orientadas hacia poner a la persona, al ciudadano, como cliente de los servicios que ofrece la ciudad”, afirmó Mayer. Finalmente, si hablamos de sostenibilidad en la infraestructura, ya no basta con tener luminarias LED abastecidas por paneles solares, comenta la especialista. “Hoy en día se busca una interconexión total entre los sistemas, entes reguladores y el usuario final, el cliente de los servicios de la ciudad; el ciudadano”.
En ese sentido, Alegre hace énfasis al cultivo de una lógica en el transporte público para lograr un sistema eficiente y sostenible. “El transporte público es algo que te permite construir un sistema que tenga una coordinación entre los distintos medios de transporte, que permita dar una mayor facilidad para los viajes en metro, corredor, etc.”, sostuvo.
ORGANIZACIONES Y SOSTENIBILIDAD
Francesca Mayer menciona que las empresas deben asumir retos y tener miras que sobre pasen los logros alcanzados. “La sostenibilidad ya no debe ser un adicional sino un ‘must’. Así mismo, todas deberían de capacitar a su personal en diversas prácticas de construcción sostenible; estrategias, proveedores, diversas soluciones, sistemas de certificación, entre otros”, afirmó.
Según Mayer, actualmente vemos que una gran diferencia de costos se da cuando la constructora sabe del tema y puede tomar mejores decisiones. “No buscamos que todas las constructoras sean expertas en sostenibilidad, pero sí buscamos que sepan exactamente a quién acudir, que conozcan los productos sostenibles en el mercado, y que estén al menos familiarizados con las tendencias globales de construcción sostenible”.
Para concluir, afirma que la industria de la construcción es considerada como la menos eficiente de todas. “Luego de la agricultura, la construcción es la segunda industria menos tecnológica. La forma en la que se trabajan las obras es exactamente la misma forma en la que se han venido trabajando durante los últimos 70 años, por su puesto, con una que otra pequeña excepción. Las empresas constructoras tienen un gran rol en este cambio, ya que dependerá de ellas generar el cambio cambiando su manera de hacer las cosas o quedarse rezagadas en el pasado, siendo desplazadas por empresas más jóvenes dispuestas a cambiar”, finalizó.
Por su parte, Maritza Arbaiza sostiene que las diferentes empresas relacionadas al ámbito de transporte pueden iniciar con campañas de sensibilización y concientización para la población. “Si la población no está concientizada y/o educada, por más medidas que se implementen e infraestructura que se construya, la situación actual no cambiará y no se logrará avanzar”. La especialista pone como ejemplo a los puentes peatonales, que si bien se colocan carteles que dicen: “Cuida tu vida”, “las personas siguen cruzando por la pista y ocasionando accidentes, se requiere entonces de un mayor trabajo de concientización en la población”, recalcó.
Asimismo, pueden optar por un cambio en la matriz energética. Es decir, “buscar cambiar los combustibles fósiles contaminantes por vehículos con fuentes de energía alterna (como la electricidad)”, precisó. Dicho cambio ya ha iniciado en Lima, pues se ha visto un incremento exponencial en la comercialización de vehículos lineales que utilizan energía eléctrica, al igual que las bicicletas.
Por otro lado, Arbaiza menciona que podrían llevarse a cabo una mejor gestión con respecto a la fiscalización de licitaciones y obras, mayor transparencia. De esta manera se pueden reducir los índices de corrupción con respecto a la licitación de obras. “Disminuyendo los índices y casos de corrupción, se puede garantizar un verdadero crecimiento en la ciudad”.
EL PAPEL DEL CIUDADANO
En todo proceso de sostenibilidad, el rol de ciudadano es crucial. Continuando con la jefa de Servicios de la Universidad ESAN y encargada del área de Desarrollo Sostenible “Ecoesan”, Maritza Arbaiza afirma que el ciudadano de a pie es quien verdaderamente será el beneficiario de una ciudad sostenible en movilidad y transporte urbano; ello debido a que es el usuario de todo el sistema de transporte. Con un mejor sistema de transporte, el índice de calidad de vida de la población incrementa, debido a que se reducen factores que lo afectan de forma negativa tales como la contaminación del aire, contaminación sonora, tráfico, baja seguridad vial, etc.
“Como se ha venido mencionando, no hay mejor manera para el ciudadano de colaborar con la sostenibilidad en el transporte que educándose y concientizándose. Si una persona no es consciente del daño generado para la sociedad por el actual sistema de transporte, entonces no se logrará nada. “Pueden iniciar diciéndole no a la informalidad, no subiéndose a colectivos y unidades informales. Asimismo, optando por diferentes medios de transporte (dentro de las posibilidades) como una bicicleta o un scooter eléctrico. De la misma manera, siguiendo las leyes de tránsito, desde el punto de vista del peatón y del conductor. Por ejemplo, que los peatones no crucen las vías de alta velocidad por donde está prohibido o que los conductores no invadan las veredas y las ciclovías”, concluyó Maritza Arbaiza.
En síntesis, Lima es una ciudad que busca un avance, lo está haciendo, es algo recurrente que en mis informes haga énfasis en el trabajo compositivo social, ese esfuerzo en conjunto entre Estado, empresa y sociedad que puede conllevarnos a tener una ciudad sostenible.