Siembran el terror. Cientos de niñas iraníes fueron envenenadas con gas en sus colegios durante las últimas semanas como amenaza para que frenen la educación de las mujeres en todo el país y tras las protestas contra el régimen del ayatolá Jamenei.
Los grupos extremistas iraníes buscan asustar a las mujeres para evitar que sigan asistiendo a colegios, institutos y universidades.
De acuerdo con las autoridades de Irán, el primer caso de envenenamiento fue a finales de noviembre en la ciudad de Qom y, desde entonces, se ha repetido esta práctica en otras 15 ciudades.
Hasta la fecha no hay víctimas mortales; sin embargo, las niñas presentan síntomas que las han llevado a ser hospitalizadas. Los síntomas frecuentes son dolores de cabeza, palpitaciones, sudoración intensa, exceso de salivación, diarrea, náuseas y mareos. Las víctimas manifestaron que el gas tiene un olor a naranja podrida combinada con productos de limpieza.
Por su parte, el viceministro de Educación de Irán, Younes Panahi, mencionó que los compuestos químicos que usan para envenenar a las estudiantes no son productos químicos de guerra, por ello, no es necesario que las estudiantes reciban un tratamiento agresivo.
Decenas de niñas hospitalizadas
Solo en la ciudad santa de Qom, resultaron afectadas al menos ochenta niñas.
Estos envenenamientos en escuelas de niñas se originan en un momento de gran tensión en Irán, debido a las protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini, tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico.
Ante ello, muchos iraníes han optado por protestar quitándose los velos, e incluso quemándose.
“Es terrorismo biológico”
Para The Guardian, estos ataques podrían estar logrando su propósito ya que que en las últimas semanas muchas niñas y jóvenes no han ido a clase. Un profesor de la ciudad de Qom, que se encuentra a 140 kilómetros al sur de la capital, Teherán, contó que de 250 estudiantes, sólo 50 asistían a clases.
Esto pasa porque hay familias que tienen miedo y no quieren mandar a sus hijas al colegio.
En tanto, Masih Alinejad, una activista iraní de derechos humanos que vive en Nueva York, aseguró que «este ataque químico es una venganza de la República Islámica contra las valientes mujeres que rechazaron el hiyab obligatorio y el régimen de Jamenei».