Expertos advierten que los avances tecnológicos, la infraestructura accesible y el apoyo especializado siguen siendo insuficientes para garantizar una inclusión real en el país.

Por Stakeholders

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El acceso a la tecnología se ha convertido en una necesidad básica en la sociedad actual, sobre todo con el auge del mundo digital. Sin embargo, en Perú, las personas con discapacidad aún enfrentan barreras significativas para acceder a estos recursos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), solo el 34.3% de la población con discapacidad utiliza Internet. 

A pesar de los avances tecnológicos, esta población continúa teniendo dificultades para beneficiarse plenamente de ellos, principalmente debido a la falta de infraestructura accesible y apoyo especializado.

“El acceso a la tecnología es un derecho, pero en Perú aún estamos lejos de garantizar que todas las personas, independientemente de su capacidad, puedan acceder a las herramientas que necesitan para desarrollarse plenamente”, destacó Patricia Paulet, subdirectora de la Facultad de Tecnología e Ingeniería de IDAT.

Además, la desigualdad es aún más pronunciada cuando se analiza el acceso por área de residencia. Actualmente el INEI destaca una diferencia de 22 puntos porcentuales en el acceso a Internet entre las zonas urbanas y rurales para las personas con discapacidad.

“Las políticas públicas y los proyectos de infraestructura deben enfocarse no solo en mejorar el acceso a la tecnología, sino también en adaptarla para que sea usable por todos. La tecnología inclusiva debe ser una prioridad, no una opción”, señaló Paulet.

Otro desafío significativo es el acceso a teléfonos celulares, que en el área urbana alcanza el 67.6% para las personas con discapacidad, mientras que en el área rural es solo el 57.1%.

“La tecnología móvil puede ser una herramienta poderosa para la inclusión, pero se necesita trabajar en el diseño de interfaces y dispositivos que sean más amigables para personas con diversas discapacidades. No es lo mismo una persona que tiene limitantes para utilizar ciertos dispositivos o aplicaciones”, agregó la especialista.

Si bien hay esfuerzos para la inclusión tecnológica, y se han dado incrementos de la accesibilidad de estos servicios, la reducción de la brecha digital es lenta, aún más acentuada en la zona rural.







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