Por Stakeholders

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Ser voluntario aporta un gran valor a los demás, pero también a quien decide involucrarse en un proyecto de espíritu social. Las recompensas son innumerables y van desde la satisfacción de generar un impacto significativo en la vida de quien más lo necesita, hasta el crecimiento personal y profesional individual.

En ese sentido, Luis Miguel Starke, Fundador y Presidente Ejecutivo de Creamas, asociación sin fines de lucro que lleva educación a niños de zonas vulnerables gracias al compromiso de sus voluntarios profesionales, comenta sobre algunos beneficios que genera el contribuir al cambio de nuestra sociedad desde el rol voluntario: Crea y fortalece lazos: Ya que estas actividades se hacen en grupo, uno puede hacer crecer su red social con personas con intereses parecidos, desarrollar habilidades sociales perdiendo la timidez y fortalecer amistades al ser actividades que se realizan periódicamente.

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Aumenta la autoestima y la confianza con uno mismo: Cuando uno hace algo positivo por los demás, logra sentirse realizado. De esa manera, uno se siente orgulloso y la visión de todo su alrededor será más clara y positiva. Además, la red de apoyo que uno obtiene en el voluntariado como el regular contacto con otros evitará el aislamiento social, una de las grandes causas de la depresión.

Un gran bonus en tu hoja de vida: Contar con experiencias de voluntariado en tu CV es un arma poderosa ya que logrará que te perciban como una persona empática, sociable y preocupada por los demás. Al participar en este tipo de experiencias, logramos desarrollar una serie de habilidades muy valoradas en el mercado laboral como la capacidad de trabajo en equipo, la resolución de problemas, la planificación, la organización, entre otras. Adicionalmente, puede ofrecerte una amplia red de contactos.

Desarrolla la sensibilidad y empatía:Hacer algo por otros ante problemáticas sociales que quizá eran ignoradas antes, abre la mente y el mundo de uno generando mayor conciencia y empatía con su entorno, logrando aumentar las ganas de ayudar y conocer a gente nueva. Es una gran oportunidad para aprender a comprender a otras personas, y respetar ideas sin prejuicios.

Se encuentra un equilibrio: La mayor parte del tiempo, las personas se enfocan en lograr metas personales, dejando poco tiempo para los demás. Ello no es malo, pero estar concentrado en uno mismo todo el tiempo puede ser agotador. En el voluntariado, uno actúa por los demás, logrando un equilibrio en nuestros tiempos. Ello logrará que uno se despeje un rato de su propia vida.







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