La pandemia de COVID-19 puede ser una oportunidad para encaminar las economías del mundo hacia la sostenibilidad. Sin embargo, el informe “¿Estamos reconstruyendo mejor? Evidencias de 2020 y caminos hacia un gasto inclusivo de recuperación verde” ha dado cuenta de que solo 368 mil millones de dólares (2,5%), de un total de 14,6 billones en todo el mundo, fueron invertidos como parte de la recuperación ante la crisis sanitaria en aspectos relacionados a combatir el cambio climático, por ejemplo.
El documento fue presentado por el Observatorio de la Recuperación Global e impulsado por el Programa de la ONU para el Medioambiente (PNUMA) y la Universidad de Oxford. Para obtener estos resultados, analizó cerca de 3,500 políticas públicas de 50 gobiernos, dejando una preocupación ante la falta de compromiso frente a la crisis climática, la cual puede tener consecuencias mucho más serias que la actual pandemia.
En un comunicado, Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, señaló que “la humanidad se enfrenta a una pandemia, una crisis económica y un colapso ecológico, no nos podemos permitir perder en ninguno de estos frentes”.
Por ello, en el informe mismo también se brinda recomendaciones sobre cómo deben proceder los países ante el proceso de recuperación pos COVID-19. Si bien es cierto que el PBI mundial sufrió una caída del 3,5% durante el año pasado, al implementar medidas para el crecimiento económico no se debe perder de vista la inversión ‘verde’.
“Un enfoque unidimensional en la recuperación económica a corto plazo corre el riesgo de exacerbar aún más las crisis sociales y ambientales a la larga”, indica el documento.
Son muchos los beneficios que implican el redirigir los gastos a favor de una recuperación ‘verde’. La salud, la seguridad alimentaria y el empleo son algunos puntos que se fortalecen al impulsar iniciativas de este tipo, menciona el informe.
Para Brian O’Callaghan, autor del informe e investigador de la Universidad de Oxford del Reino Unido, “aún quedan oportunidades de gastar de manera sabia en la recuperación. Los gobiernos pueden aprovechar este momento para asegurar la prosperidad económica, social y ambiental a largo plazo”.
Por otra parte, en la investigación también se observa la gran diferencia de gastos que hacen los países desarrollados en comparación con los emergentes en el contexto de la pandemia. Se menciona que las “economías avanzadas” desembolsaron una cantidad 17 veces mayor que los países en vías de desarrollo por cada habitante, evidenciando una desigualdad profunda en tanto a las inversiones.