Por Stakeholders

Lectura de:

Christian Arzápalo
Ejecutivo Corporativo de Responsabilidad Social de Fonafe


La responsabilidad social debe ser un componente crítico para toda organización, tanto desde sus valores como su propósito.  Las empresas públicas no están desligadas de ello.

Según The Financial Times, la responsabilidad social es “un enfoque de negocios que contribuye al desarrollo sostenible al ofrecer beneficios económicos, sociales y ambientales para todas las partes interesadas”. El punto clave es el desarrollo sostenible. El propósito de una empresa es diferente a la responsabilidad social empresarial. El propósito debe considerarse como la forma en que presta sus diversos servicios en totalidad, dado que sirve al negocio y a sus partes interesadas.

Las partes interesadas incluyen la gama de empleados, usuarios, accionistas, miembros de la comunidad, medio ambiente, y aquellos que buscan un rendimiento financiero justo. Aunque la RSE puede afectar positivamente a todas las partes interesadas, no debe confundirse con el propósito de una organización. Es por eso que las empresas públicas concentran su esfuerzo en la creación de valor social, ambiental y económico, impulsando la mejora en la calidad de los bienes y servicios, soportado en la incorporación de buenas prácticas de gobernanza corporativa, gestión eficiente de proyectos y procesos, y el desarrollo del talento humano y cultura organizacional.

Al respecto, el propósito del holding estatal es asesorar y supervisar de manera constante a las empresas de la corporación con la finalidad de definir y desarrollar planes de negocios que generen sinergias y un impacto visible en el país. Por ello, integrar la RSE en el sector ha sido complicado porque existen muchas otras prioridades. Desde el holding brindamos a las empresas herramientas y habilidades necesarias para administrar los negocios con un enfoque en el desarrollo sostenible y puedan buscar alternativas para maximizar los resultados de manera responsable.

Por ejemplo, estamos avanzando de a pocos con los colaboradores. Iniciamos con un programa de coeficiencia, de reciclaje, con ahorro de energía y apagando luces cuando no se trabaja. A medida que la empresa entienda la funcionalidad de la RSE, también mejora su calidad de gestión interna.

Por otra parte, A través de la elaboración de reportes de sostenibilidad basados en la metodología GRI, las empresas públicas y sus principales proveedores levantan información acerca del desempeño global de sus organizaciones, mediante la aplicación de indicadores económicos, sociales y ambientales. Este ejercicio permite transparentar la gestión integral de una empresa, así como la identificación de oportunidades de mejora en distintos ámbitos.

Con respecto a la cadena de suministros, como socio implementador del Programa de Sostenibilidad Corporativa y Rendición de Cuentas para la Sostenibilidad de las Empresas del GRI, contribuimos a obtener un mercado más saludable, con empresas públicas y proveedores que toman el reporte como línea base para incluir prácticas de sostenibilidad dentro de su gestión.

Por todo ello, es importante que a través del monitoreo, las empresas se adapten a su entorno a través de un monitoreo de riesgos y oportunidades para alinear procesos y recursos organizacionales que permitan generar ingresos o reducir costos.

El desarrollo sostenible es un océano azul para identificar fuentes de ingresos y reducción de costos. La idea es que podamos inspirar cambios y contribuir a poner en marcha transformaciones de las empresas públicas en organizaciones responsables y comprometidas. Comprometidas básicamente en cuatro tendencias a las que no podemos perder el foco: cambio climático, derechos humanos, desigualdad en la riqueza, e información y tecnología.

Entre las prioridades para explorar y mejorar la información sobre estas tendencias debemos empezar a establecer y lograr objetivos a largo plazo, basados ​​en objetivos científicos. Es verdad que los ODS no son perfectos, pero al menos parten de un concepto de pobreza multidimensional. Y aunque estamos lejos de la meta de erradicar la pobreza extrema, al menos hay importantes avances. Por ende, resulta prioritario realizar acciones concretas para el logro de los ODS. Los indicadores desarrollados deben ayudar en la tarea, en particular para desarrollar los sistemas de recolección y diseminación de la información pertinente. Es imperioso medir el impacto, ya que tenemos la obligación de rendir cuentas, el país lo necesita.







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