Al menos 22 personas han muerto en Chile a causa de los incendios forestales que se reportan en el país y que han destrozado al menos 45. 000 hectáreas de cultivo.
Ante ello, el gobierno de Gabriel Boric solicitó ayuda internacional para enfrentar esta emergencia.
Asimismo, agradeció el apoyo de la República Argentina por brindarles apoyo para combatir los incendios. “Nos van a enviar brigadistas y maquinarias” agregó el mandatario, quien llegó a las zonas afectadas por el fuego para coordinar acciones de control.
Por su parte, la ministra del Interior, Carolina Tohá, añadió que también se pidió ayuda a países como México, Brasil y España.
Cifra de fallecidos y daños
Los múltiples incendios forestales han causado la muerte de 22 personas, se han identificado al menos 16 heridos y hasta el momento hay más de 45.000 hectáreas de cultivo destruidas, en las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía.
La funcionaria, Carolina Tohá, advirtió que la cifra de fallecidos está cambiando cada minuto y que la situación es difícil de manejar.
El Gobierno chileno decretó el Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe, que brinda ayuda a los afectados y más vulnerables, además de movilizar recursos y otras medidas.
Más de 251 incendios activos
A la fecha, hay 251 incendios forestales activos en todo el país, según el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) de Chile.
Estos desastres naturales son producto de una sequía que tiene más de 13 años y coinciden con una ola de calor donde las temperaturas alcanzan los 40 grados celsius en zonas del sur.
La Dirección Meteorológica anunció que la ola de calor durará por una semana y perjudicará a 7 de las 16 regiones del país.
Daños al medioambiente
Los incendios forestales ocasionan terribles daños al ambiente, como la destrucción del hábitat de las especies generando la pérdida de la biodiversidad.
Además, tienen relación con el incremento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera con la contribución de gases de efecto invernadero.
También contamina las aguas de ríos, lagos y lagunas; incrementando el riesgo de erosión y pérdida de terreno, especialmente el de uso agrícola